La historia de la joven secuestrada y obligada a vivir con el cadáver de su hija | #EstamosHartas

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(Aeronoticias).- La mujer estaba embarazada cuando fue retenida por su pareja y sometida a múltiples abusos físicos, psicológicos y sexuales. Fiscalía incluyó a los padres del agresor en la investigación.

Hace solo un mes Yanelith cumplió la mayoría de edad y ya ha vivido en carne propia la más salvaje violencia. Durante los últimos siete meses, la joven fue víctima de múltiples abusos físicos, psicológicos y sexuales a manos de su pareja. Además, fue obligada a vivir con el cadáver de su hija recién nacida.

La historia de terror comenzó en julio del 2019, cuando, tras enterarse que tenía cuatro meses de embarazo, aceptó la propuesta de vivir en la casa de su enamorado, un año menor que ella. La joven, que vivía en un centro poblado del distrito de Huancané, en la región Puno, le dijo a sus padres que había encontrado un trabajo en la ciudad y así dejó su vivienda.

Aún en estado de gestación, Yanelith, en ese entonces menor de edad como su pareja, fue golpeada y ultrajada sexualmente en varias ocasiones. Ante las cámaras del programa Día D confesó que el padre de su principal agresor también abusó de ella.

“El papá también abusó de mí. Mi enamorado estaba ahí, pero no me defendía. Él no hizo nada porque si se metía no le compraban el celular de última tecnología que quería”, contó la joven al dominical.

El martirio de Yanelith se agudizó tras el nacimiento de su hija, el 10 de noviembre del año pasado. Aquel día, recuerda ella, su pareja la obligó a dar a luz en la habitación donde la mantenía secuestrada. “Sus padres y él atendieron el parto. Ellos lo revisaron y dijeron que era una niña, Me puse feliz, vi su carita y la escuche llorar. Luego creo que me desmayé porque no recuerdo nada”, narra.

– Vivir con un cadáver–

Yanelith cuenta que al despertar vio a su hija recostada en la cama y sobre ella un peluche y un libro. Cuando retiró ambos objetos se dio cuenta que la pequeña estaba muerta. Su pareja, un adolescente de 16 años, la había ahorcado con una cinta. “Demoró en morir como dos horas”, le dijo sin compasión y metió el cadáver dentro de una bolsa que luego ‘guardó’ en el cajón de una cómoda.

Los ultrajes y agresiones físicas aumentaron. Con las pocas fuerzas que le quedaban la joven logró comunicarse con su hermana. Le indicó la dirección, envío algunas fotos de sus heridas y suplicó que la rescate.

“De vez en cuando me daba un poco de comida. A veces se sentaba frente a mí y comía solo. Un día me dio de beber aceite quemado porque yo estaba muy delgada. Los papás nunca me trajeron comida ni agua. Ellos pasaban por el cuarto y escuchaban los gritos”, contaría días después a un periodista de la localidad.

El 22 de enero, la hermana de la joven denunció a la Policía el secuestro de Yanelith. Ese día las autoridades ingresaron a la vivienda y hallaron a la joven encerrada en la habitación que emanaba un olor fétido.

Dentro de la cómoda encontraron el cuerpo sin vida de la recién nacida. El cadáver llevaba ahí más de dos meses.

 


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