#18D: ‘Las Zonas’ en el inicio de la lucha por sus derechos laborales

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(Aeronoticias).- Se dice que «cuando la injusticia se vuelve ley, la rebeldía se vuelve deber», y ello no es para poco.

La aprobación de la Ley del Régimen Laboral Juvenil desató una serie de enfrentamientos entre colectivos ciudadanos conformados especialmente por jóvenes y los agentes del orden en el centro histórico de Lima.

Así, un día como hoy, decenas de jóvenes se manifestaron en una movilización que significó el inicio de una serie de marchas en las semanas siguientes.

«Pulpinazo», fue la expresión utilizada por los manifestantes en cada convocatoria de movilización en rechazo a la Ley Laboral. La derogatoria era el objetivo final aun cuando muchos de esos jóvenes que marcharon no habían leído una sola línea de la norma.

El Gobierno por su parte, con una actitud imperante y con débiles opciones de diálogo desató más controversia y confusión al enfrentarse a los jóvenes en una “batalla” que buscaba la acogida de su mensaje en la opinión pública, así nacieron: “Los Jóvenes Informados” como plan estratégico del Gobierno, o por lo menos eso intentaba dar a notar.

En respuesta a esta iniciativa surgieron los denominados “banderolazos”, los cuales eran ejecutados por los propios jóvenes en una acción conjunta bajo la consigna de «defender sus derechos laborales”. Y claro, nunca faltan algunos movimientos velasquistas, integrantes del MOVADEF o partidos políticos que intentan infiltrarse en las líneas juveniles para buscar protagonismo político.

Las Zonas forman parte de una interesante experiencia, de una juventud unida en la lucha por rechazar y hacer sentir al Gobierno que la importancia del diálogo en una sociedad democrática es imprescindible para llevar a cabo acciones que beneficien los derechos laborales de la población.

Cabe resaltar que la ley no era mala pues beneficiaba a muchos jóvenes que no podían acceder al campo laboral por falta de experiencia. Sin embargo, el diálogo y las modificaciones en la normativa fueron casi inexistentes y tanto los parlamentarios como el Ejecutivo empezaron a actuar cuando ya era tarde.

No se justifica la acción vandálica de algunos jóvenes que durante las marchas destruyeron y quemaron lo que encontraron a su paso. Los excesos nunca serán bienvenidos.

Las Zonas aún permanecen activas y se reúnen en Asambleas en donde proponen la toma de acciones frente a las decisiones que ejecuta el Gobierno.

Habrá que preguntarnos: ¿le espera un futuro incierto a Las Zonas o tal vez es el inicio de una revolución juvenil con miras al progreso del país?

Bueno pues, hay que advertir que mientras parte de la izquierda mantenga su influencia en estas filas, no llegarán muy lejos y con el tiempo se disolverán.

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