Acto heroico de pasajero holandés evitó tragedia de Nochebuena en el vuelo 253

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Todo transcurría conforme al plan del joven nigeriano que pretendía volar el vuelo 253, que cubría la ruta de Amsterdam a Detroit. La valiente acción de un pasajero holandés evitó que se realizara el acto terrorista. Umar Faruk Abdulmutallab eligió con cuidado su asiento en el vuelo 253 de Northwest Airlines. Su ubicación en la fila 19, justo sobre los tanques de combustible y en ventanilla, garantizaban que una explosión tuviese el máximo efecto posible, según explicaron expertos de seguridad en medios estadounidenses.
El presunto terrorista, un nigeriano de 23 años, pasó 20 minutos en el lavabo cuando el avión comenzó a descender para aterrizar en el aeropuerto de Detroit, Michigan. Luego regresó a su asiento diciendo que le dolía el estómago, se cubrió con una manta y encendió el explosivo PETN que llevaba adosado entre las piernas y con el que quería derribar el avión con 278 pasajeros a bordo.
 
Pero no contaba que gracias al acto heróico de un pasajero Holandés, el avión de Northwest llegó a su destino.

Un holandés, el héroe
Todo marchaba según lo previsto. Pero Abdulmutallab no contaba con Jasper Schuringa, un director y productor de video holandés que viajaba un par de filas por detrás de él y que, al oír el ruido crepitante del explosivo encendiéndose y al ver y oler el fuego que salía del asiento del atacante, saltó por encima de pasajeros y asientos y se abalanzó sobre él.
«Tuve miedo, por supuesto, porque pensé que estaba tratando de volar el avión», contó Schuringa, de 32 años, a los medios. «Entonces me lancé sobre él sin dudarlo».
Cuando llegó a Abdulmutallab, comenzó a buscarle explosivos en el cuerpo y le quitó «un objeto que se estaba derritiendo y echaba humo». Shuringa mostró a las cámaras la mano vendada para explicar qué ocurrió después: usó sus propias manos, sin protección, para «apagar el fuego. Luego comenzó a arder el asiento».
«Pedí a gritos agua, agua», recordó el holandés. Los tripulantes acudieron entonces con extintores para controlar las llamas.
No contento con haber evitado la explosión, Schuringa y un miembro de la tripulación llevaron a Abdulmutallab a primera clase, donde los desnudaron «para ver si tenía algún otro explosivo». Luego lo esposaron y lo dejaron inmovilizado.
La seguridad se incrementó en aeropuertos como el de Schiphol, en Amsterdam.
Otros pasajeros contaron que después, al ver a Schuringa regresar a su asiento para el aterrizaje, todos lo recibieron con un aplauso.
Recuerdos del 11-S
La dramática secuencia recuerda a la hipótesis que se planteó en el caso del vuelo 93 de United Airlines que se estrelló el 11 de septiembre de 2001.
Se cree que los terroristas querían estrellar el avión en el Capitolio o en la Casa Blanca como parte de la cadena de atentados que tuvo lugar ese día, pero las conversaciones que algunos pasajeros tuvieron con familiares por teléfono móvil indican que los civiles retomaron el control del aparato e hicieron que cayera cerca de Shanksville, Pennsylvania.
Los 40 pasajeros y la tripulación murieron, pero muchos expertos sostienen que eso evitó un daño mayor.
También fue un pasajero quien impidió en diciembre de 2001 que el terrorista británico Richard Reid activara sus zapatos cargados con PETN en un vuelo de American Airlines de Paris a Miami.
Las autoridades aún investigan el trasfondo del fracasado ataque.
Medidas extraordinarias
La secretaria de Seguridad estadounidense, Janet Napolitano, se mostró «agradecida» con los pasajeros y tripulantes «que reaccionaron de forma rápida y heroica a un incidente que pudo tener resultados trágicos».
También advirtió que se reforzará la seguridad en vuelos internacionales y domésticos con medidas «impredecibles».
Algunos pasajeros contaron que se les prohibió abandonar el asiento o tener mantas y almohadas durante la última hora de vuelo. Según otros, se apagaron las pantallas que suelen mostrar la situación del avión en el plan de viaje para evitar que los pasajeros supieran con exactitud la posición de la aeronave.
Agradecen coraje civil
El Gobierno holandés elogió la actuación de un ciudadano de este país que tuvo un papel determinante en el atentado fallido contra un avión estadounidense este viernes.
El primer ministro Wouter Bos llamó por teléfono a Jasper Schuringa, un empresario de Amsterdam de 32 años, para «manifestarle su aprecio en nombre de todo el gabinete», según reveló hoy un portavoz del Gobierno.
Políticos de diversos partidos de Holanda sugirieron que la reina Beatriz podría condecorar a Schuringa por su actuación.

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