Hasta ahora los investigadores del siniestro del A-330 de Airbus descubrieron por los mensajes automáticos finales del avión, en esos fatídicos cuatro minutos en los que la aeronave envió automáticamente una serie de mensajes, donde habría salido a relucir una incongruencia entre las diferentes velocidades de medidas de vuelo –esto luego de que la aeronave entrara en una zona de turbulencia-, por lo que Airbus ha enviado un telex de carácter urgente basándose en las informaciones de dichos mensajes.
Y siendo autorizada por la agencia de investigación de accidentes aéreos francesa (BEA) -a cargo de la investigación del siniestro-, Airbus ha enviado una advertencia a las tripulaciones de las aerolíneas para que continúen los “procedimientos normales” en caso de presentarse la sospecha de que los indicadores de velocidad están fallando, dejando en claro que un mal funcionamiento de estos instrumentos podría estar detrás de lo que le sucedió al A-330 de Air France.
El avión posee diferentes calculadores cuyo objetivo es medir la velocidad y "se constata que había una incoherencia entre estas velocidades" medidas, explicó una vocera de la BEA.
La investigación también permitió confirmar "la presencia a proximidad de la ruta prevista del avión sobre el Atlántico de importantes células convectoras características de las regiones ecuatoriales". Esto corresponde a fenómenos de tormenta particulares, pero la BEA advirtió sin embargo que convenía "evitar una interpretación apresurada o una especulación".
Al respecto, Airbus deslindó acerca de que el mensaje a sus clientes no representaba que se hubieran esclarecido las causas del siniestro, o que algún fallo del diseño fuera responsable de lo que paso, Justin Dubon, un portavoz de Airbus sostuvo: "Este Telex de Información de Avión es un documento de información que en ningún sentido implica culpa alguna".
Por otro lado, un hecho desconcertante le da un giro a la investigación acerca de que sucedió con el Airbus A-330 de Air France, ya que según anuncio hecho por el brigadier Ramón Borges Cardoso, director del Departamento de control de Espacio Aéreo de la Aeronáutica de Brasil, acerca de que los restos recogidos el jueves en el área del océano Atlántico donde cayó el avión, a unos 1.100 km al noreste de la costa de Brasil, no pertenecen a la aeronave Airbus A-330, como se había dicho anteriormente.
Los equipos de búsqueda han encontrado varios lugares con restos esparcidos a lo largo de una zona que abarca 90 km y los barcos están intentando recogerlos para esclarecer si el avión realmente se cayó allí, sosteniendo la hipótesis de que más de 300 aviones similares al desaparecido de Air France – un Airbus A330-200 – están en servicio en todo el mundo.
