(Aeronoticias).- Menos mal no cumplió su sueño de niña.
Analí Gómez, cuando en su mente iba forjando su propia identidad, sentía una atracción especial por mirar los aviones que surcaban el firmamento.
Comentaba que de grande su gran anhelo era ser aeromoza para conocer el mundo.
No lo cumplió, pero con su tabla y su amor propio se fue hasta lo más alto.
Fuente: Trome
Foto: Trome