Antilla para el Perú y el Mundo

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(Aeronoticias).–  ¿Sabías que existen lugares hermosos en el Perú que ni los mismos peruanos conocen?
Uno de esos lugares se llama Antilla, un pueblito acogedor situado en el departamento de Apurímac. No hay datos en páginas de internet, no hay fotos, es más, muchas personas en nuestro propio país, ni conocen de su existencia.

Antilla es un pueblo ubicado aproximadamente a 3583 m.s.n.m., con clima templado y seco, flora y fauna diversa, habitantes muy hospitalarios y paisajes hermosos. Es un lugar desconocido; pero lleno de riquezas, tales como sus tradiciones en lo que respecta a fiestas como la del “Patrón Santiago” celebrado en el mes de Julio, “Mayura” en el mes Agosto donde hacen homenaje a Santa Rosa Lima, “Nacimiento del Niño Jesús”, fiestas en la que resalta el baile de la huaylía conocido por ser considerado como Patrimonio Cultural de la Nación, este baile lo han atribuido como suyo diversas provincias de Apurímac; pero la más resaltante es Antabamba.

La huaylía es un baile que se da en homenaje al nacimiento del Niño Jesús en Navidad, en casi todas las provincias de Apurímac como Vito, Sabaino, Antabamba, Pachaconas, Santa Rosa, Huaquirca, Matara y nuestra ahora mencionada Antilla, Totora Oropeza, Mollebamba, Calcauso, lugares en que cada año por fiestas navideñas exhiben elegancia y colorido en trajes, hombres y mujeres. Cada uno de los pueblos tiene sus propios estilos y características en lo que respecta a vestimenta, baile, coreografía, música.

Las personas que residen en Lima, nacidas en diferentes Distritos de Apurímac, realizan fiestas con  Huaylía y recorren las principales calles de Lima como la Plaza de Armas, Jirón de la Unión, Plaza San Martín, y otras calles céntricas, sorprendiendo a los limeños y sobre todo a los turistas. El Instituto Nacional de Cultura ha declarado a la Huaylía como Patrimonio Cultural de la Nación.

Para danzar este baile los hombres utilizan máscaras, plumajes de pavo real en los sombreros y pequeños espejos, pañuelos finos de colores, corbatas, pantalones de montar, escarpines, látigos, calzados especiales con doble y hasta triple suela y la colorida vestimenta típica de las mujeres resaltan el estilo muy propio acompañados del marco musical del violín y de las cantoras.

Este baile es motivo de competencia entre los pobladores de este hermoso lugar en tiempos de fiesta, que dura una semana, en la cual dos días danzan sin descanso, incluso de amanecida. El grupo ganador es elegido por las autoridades de dicho pueblo, teniendo en cuenta algunas características como: la vestimenta, los bailarines que den el zapateo más fuerte (algo muy peculiar), y los mejores plumajes presentados.
En Antilla se come el rico cuy, sopa de calabaza, sopa de chuño con charqui, sopa de quinua, sopa de habas, sopa de chochoca, patasca, chicharrón de cerdo, con cancha o mote.

Apurímac significa en quechua el dios que habla, es uno de los departamentos más pobre del Perú, sus lugares no gozan de visitas turísticas como otras ciudades, Antilla es la expresión de la cruda realidad de muchos peruanos y su extrema pobreza; pero también es un emporio de riquezas porque aunque muchas personas no lo saben, cuenta con una mina que ahora está logrando el progreso de su gente.

Antilla cuenta sólo con una escuela primaria, los niños que terminan esta etapa de su vida escolar, tienen que separarse de sus padres y viajar a otras ciudades para poder continuar estudios secundarios, muchos de ellos, lamentablemente no todos se van, teniendo así que quedarse en la ignorancia y sobrevivir con lo que su lugar natal les brinda, los que migran a diversas ciudades empiezan sus vidas alejados de sus familias.

En este pueblito sólo cuentan con un puesto de salud, pequeño, de sólo tres o cuatro ambientes, que no son suficientes para atender a los habitantes de este lugar que merecen mejor calidad de vida, dónde puedan atender a sus hijos, esposas, familiares con una mejor infraestructura e implementación del único lugar que tienen para ver por su salud, la mejoría de este lugar depende mucho de la ayuda que el Gobierno pueda dar, si Apurímac significa el Dios que habla, diría que Antilla es el grito que pide un pueblo para dejar de ser ignorado. Tal vez las autoridades del lugar no puedan hacer mucho, tal vez con promover más el lugar, que por cierto es muy alejado, ayudemos a su gente y que más gente lo visite o se interese por él.

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