«Tomando en cuenta la amplitud de las transferencias de tecnología propuestas y las garantías ofrecidas por la parte francesa, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva anunció la decisión de la parte brasileña de entrar en negociaciones con GIE Rafale para la adquisición de 36 aviones de combate», señaló el comunicado. No indicó si Brasil ya decidió comprar las naves Rafale en el proceso de renovación de su flota aérea en el que compiten también las empresas sueca Saab, con el avión Gripen, y la estadounidense Boeing, con el F-18 Super Hornet. El contrato está valorado en entre 2.200 y 2.500 millones de dólares.
Sin embargo, la manifestación de Lula fue una indicación de la preferencia que ha manifestado por la oferta francesa, respaldada también por su ministro de Defensa, Nelson Jobim. «Hay una decisión de iniciar negociaciones con un proveedor, no se ha iniciado con los otros», comentó el ministro brasileño de Relaciones Exteriores, Celso Amorim. «La oferta que Francia nos hizo es una oferta que nos satisface por la transferencia de tecnología y la libertad de participación de mercados», agregó, en referencia a la posibilidad de vender naves en el mercado latinoamericano. Aclaró que aún hay temas que negociar, incluido el precio.
Brasil ya tiene un acuerdo con Francia para la compra de cinco submarinos tipo Scorpene, uno de ellos de propulsión nuclear, y 50 helicópteros Cougar por un valor total de 8.500 millones de euros (12.087 millones de dólares). El equipo sería construido en su totalidad en Brasil con base en un acuerdo de transferencia tecnológica. Sarkozy anunció también que su país pretende adquirir una decena de unidades de la futura aeronave de transporte militar KC-390 en sustitución de las naves C-130 estadounidenses que tienen actualmente.
«Deseamos comprar naves brasileñas, las negociaciones están comenzando», expresó Sarkozy en conferencia de prensa. Sobre los aviones de combate Rafale, Lula aclaró que el inicio de negociaciones no significa que Brasil haya descartado la posibilidad de adquirir los Gripen o los F-18 Super Hornet. «Para nosotros lo más importante es tener acceso a tecnología y eso es lo que estamos negociando con el ministro de defensa de Francia, con la empresa fabricante», dijo Lula tras el encuentro con Sarkozy.
Insistió en que la prioridad de su país es tener acceso a tecnología para desarrollar en el futuro la industria aeronáutica en Brasil. Sarkozy aseguró que su país no temía transferir tecnología como desea Brasil. «Francia será un socio confiable, eficaz», aseguró el líder francés. «Compartir tecnología no nos da miedo». Sarkozy agregó que «queremos desarrollar una gran industria aeronáutica, construir aviones juntos, vender aviones juntos».
El gobernante francés también aseguró el apoyo de su país a la candidatura de Rio de Janeiro como sede de las Olimpiadas de 2016, y pidió a cambio respaldo para la aspiración de su país de organizar los juegos de invierno de 2018. Los presidentes discutieron también entendimientos con miras a la cumbre de Copenhague, en diciembre, donde se buscará un plan global para reducir las emisiones de gases causante del calentamiento global a partir de 2012, cuando se vence el Protocolo de Kyoto.
Asimismo, acercaron posturas hacia la reunión del Grupo de los 20 (G-20) del 24 y 25 de este mes en Pittsburgh, que discutirá medidas para reformar las instituciones financieras internacionales y acciones para superar la crisis financiera global. Sarkozy participó junto a Lula como invitado especial de las festividades del día de la independencia de Brasil. Llegó la noche del domingo acompañado de una comitiva de ministros franceses que permanecerán los próximos días en Brasil para discutir cuestiones de medio ambiente y comercio.