Las autoridades niponas habían señalado que la magnitud fue de 8.9 grados, sin embargo después de una revisión más exacta de los datos recabados tras el desastre, confirmaron que se trato de un terremoto de 9 grados, convirtiéndose en el cuarto de mayor magnitud ocurrido en el mundo, según datos oficiales.
Tras el terremoto se desencadenó un devastador tsunami, el cual los expertos aseguran que el movimiento telúrico parece haber movido la isla principal de Japón 2.4 metros y cambió el eje de la Tierra moviéndolo 10 centímetros.
«En este momento, sabemos por una estación de GPS que se movió 24 metros, y hemos visto un mapa de GSI (Autoridad en Información Geoespacial) en Japón que muestra el patrón de cambio en una gran superficie y es consistente con el cambio de gran parte de la masa de la tierra», dijo Kenneth Hudnut, geofísico del Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS).