Hoy, 16 de Junio, el jefe del Gobierno español, José Luís Rodríguez Zapatero, inaugurará una terminal del aeropuerto "El Prat" de Barcelona, que le permitirá ampliar su capacidad de tráfico de 30 millones a 55 millones de pasajeros, tras cinco años de obras y debates que ahora colocará a este aeropuerto entre los primeros de Europa, lo cual es interpretado como un reto al de Barajas, el principal de la península ibérica.
La ampliación del aeropuerto de Barcelona, que se empezó a gestar hace 10 años, supone un desembolso de 5 mil 100 millones de euros, de los que se llevan invertidos 3 mil 100 millones. Los 2 mil millones restantes servirán para construir una terminal satélite entre pistas. La terminal en sí misma ha tenido un coste de mil 258 millones de euros.
Mañana está previsto que estrenarán la T-1 las aerolíneas SPANAIR, LUFTHANSA y el resto de las correspondientes a STAR ALLIANCE, que operará en solitario hasta el mes de setiembre cuando se traslade ONEWORLD (con IBERIA). Al respecto, el presidente de SPANAIR, Ferran Soriano, adelantó que su compañía, con empresarios e instituciones catalanas como propietarios, catapultará la T-1 de BARCELONA.
Mientras tanto, los hombres de negocios españoles comentan que el problema o reto es que esta terminal echa a andar en plena recesión y con el tránsito de pasajeros a la baja. A su vez, AENA (la organización que controla los aeropuertos en España) gestiona ahora la navegación aérea en solitario, confiando en que los buenos servicios que ofrece la T-1 y los indicios de recuperación animen el tráfico.
Sin embargo, empresarios y partidos polìticos ven en este modelo de gestión centralizada de AENA un favoritismo hacia el aeropuerto de BARAJAS como centro de conexiones aéreas al que acuden pasajeros del resto de España y, en ocasiones, de Europa para tomar vuelos de larga distancia.