Es por esto, que el Papa Benedicto XVI se habría desplazado hoy hasta la ciudad de L’Aquila, en el oriente italiano, escenario del mayor desastre natural de los últimos tiempos en la zona, desastre que el pasado 6 de abril sacudió la región central de Los Abruzos.
El Pontífice en su primera visita a las áreas devastadas por el desastre, el pueblo de Onna, las afueras de L’Aquila, localidad quedó destruida y ninguna de sus casas se mantuvo en pie.
Una vez ahí, Benedicto XVI subrayó que desde el primer momento que se enteró de lo sucedido estuvo al lado de las víctimas damnificadas y siguió "con aprehensión" todas las noticias sobre el terremoto y los daños causados.
Al respecto se pronunció: "La Iglesia está toda aquí, conmigo a la cabeza, a vuestro lado, partícipe de vuestro dolor y deseosa de ayudaros a reconstruir casas, iglesias, empresas destruidas o gravemente dañadas".
El Pontífice además sostuvo que es consciente que a pesar del compromiso de solidaridad manifestado desde todas partes del mundo “Son muchos los problemas que trae el vivir fuera de las casas, en automóviles, carpas, etc -En la zona, según se informa, más de 65 mil personas permanecen aún sin casa y alrededor de 36 mil siguen viviendo en carpas-…sobre todo debido al frio y la lluvia”.
El Papa además visitará la residencia de estudiantes de L’Aquila, donde murieron muchos jóvenes estudiantes. Se espera que Benedicto XVI agradezca en persona a los equipos de ayuda y rescate su labor durante estos días.
Las autoridades aseguraron que se tardarán meses antes de que se rehabilite la zona. El Gobierno italiano decidió la semana pasada destinar 8 millones de euros para la reconstrucción de Los Abruzos. Entre las distintas medidas para ayudar a la región, el Ejecutivo propuso que L’Aquila acoja la próxima cumbre del G-8, que se iba a celebrar en la isla italiana de La Magdalena.