(Aeronoticias).- Quisiera el público saber cómo se encuentra de salud Hugo Chávez, presidente de la República de Venezuela. Alias Mico-mandante por sus enemigos más ofensivos, El cacique ausente por El Universal, Mi Comandante por sus fanáticos, y Chávex por este redactor.
Pero gracias al esfuerzo del gobierno venezolano por ser transparente –nótese el sarcasmo-, las especulaciones acerca de su (no) vida llega a desvirtuar el periodismo en el tercer oficio más viejo del mundo: el ser chismoso. Noticias sin confirmar con anónimos que parecen llegar de los íntimos círculos de Chávez, pero que –dado el historial de invenciones literarias amarradas al interés económico y político que ha manchado el trabajo informativo – son sólo informaciones sin confirmar.
El caso ABC ha sido el más curioso. Su redactor que informa de Caracas se halla en Washington –que no es un buen estilo para describir lo que sucede en un país-. Durante la campaña presidencial, la línea del medio ha sido disminuir la candidatura del mandatario que ha puesto números rojos a Venezuela, y magnificar, volver San Martín, a Capriles. Pareciera que ABC dice que Venezuela es dictadura, pero ignora que si Chávez hace y deshace, es porque el pueblo venezolano se lo permite.
Más allá de ello, las informaciones que ha dado el medio español se ha enfocado en cubrir de un velo negro todo lo referente a la vida de Chávez. Y es que, como dice la sociólogo Maryclen Stelling a BBC, “Creer en las informaciones depende de tu postura política y tu relación afectiva con Chávez”.
