Christian Wulff es el nuevo presidente de Alemania

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(Aeronoticias) Alemania tiene desde el día de ayer un nuevo presidente, el democristiano Christian Wulff, propuesto por la canciller Angela Merkel y elegido tras tres tensas rondas que hicieron de esta votación una de las más emocionantes de las últimas décadas.

El hasta hoy jefe de gobierno del estado federado de Baja Sajonia no consiguió la mayoría absoluta necesaria en las dos primeras vueltas, lo que se interpreta como fuerte revés para el gobierno de centroderecha de Merkel, gravemente debilitado y con un nivel de popularidad mínimo debido a la división interna respecto a importantes temas como los drásticos recortes en el gasto público, las rebajas fiscales o la reforma sanitaria.

 
Christian Wulff es el nuevo presidente de Alemania
 
Wulff, el candidato de la alianza de gobierno de democristianos (CDU), cristianosociales (CSU) y liberales del FDP, necesitó una tercera vuelta, en la que basta una mayoría simple y en la que sin embargo sobrepasó la mayoría absoluta -623 votos- que antes le había faltado.

«Me alegro de haber obtenido la mayoría absoluta en la tercera ronda», dijo al aceptar el cargo de cinco años. «Me esforzaré todo lo posible por satisfacer las expectativas».

Obtuvo un total de 625 apoyos de los 1.244 escaños de Asamblea Federal, un órgano mixto cuyo única misión es la elección del presidente y que está formada por los 622 diputados del Bundestag y por el mismo número de representantes civiles de los 16 estados federados que integran el país.

Su difícil rival, Joachim Gauck, la ambiciosa y desafiante propuesta conjunta de la oposición ecologista y socialdemócrata, teólogo, pacifista y ex disidente de la extinta República Democrática Alemana (RDA), se hizo con 494.

El candidato de Merkel, uno de los políticos más populares del país, tenía aparentemente todas las de ganar desde la primera votación: era el gran favorito al contar la coalición CDU/CSU/FDP con una cómoda mayoría en la Asamblea Federal: un total de 644 electores, 21 por encima de la mayoría absoluta.

En la historia de Alemania sólo fue necesaria una tercera ronda en dos ocasiones, en 1969 y 1994. Justamente en esta ocasión, el gobierno de Berlín necesitaba urgentemente una muestra de apoyo, una mayoría absoluta para su candidato que ayudase a recuperar la credibilidad perdida por las graves peleas internas que desde hace semanas hacen temer por su continuidad tan sólo ocho meses después de haber empezado a gobernar.

En la votación secreta efectuada hoy en el Reichstag, sede de la Cámara baja del Parlamento alemán o Bundestag, Wulff fue castigado por numerosos electores de su propias filas, que se decidieron por otro candidato o se abstuvieron.

En la segunda vuelta sólo consiguió 615 apoyos. En la primera, aún menos, 600. Necesitaba 623. No pudo imponerse en dos ocasiones al modélico Gauck, que obtuvo 499 votos en la primera vuelta y 490 en la segunda.

Por ello aunque no resultase elegido, Gauck, el más querido entre los ciudadanos por su carisma y compromiso con la justicia, la democracia y libertad, obtuvo un resultado que marca un hito histórico.

Así lo demostraron los fuertes y largos aplausos que obtuvo de la cámara y que a punto estuvieron de hacerle estallar en lágrimas. «Espero que su mensaje siga llgando a todos los lugares de Alemania», le dijo Wulff en su discurso.

Otros dos candidatos, la periodista Lukrezia Jochimsen, del Partido de postcomunistas y socialistas desencantados La Izquierda (Die Linke) y el del partido neonazi NPD, Frank Rennicke, participaron en las dos primeras vueltas pero retiraron su candidatura en la tercera.

Ninguno de los dos tenía posibilidades reales de resultar elegido y con su retirada facilitaron la elección de Wulff. De todos modos, 121 electores se abstuvieron en la tercera vuelta. Jochimsen había obtenido 123 votos en la segunda, Rennicke, tres.

Católico y casado en segundas nupcias, Wulff se convierte, a sus 51 años, en el presidente más joven de la historia de la República. Será el décimo jefe de Estado de Alemania y jurará su cargo este viernes en Berlín.

Sucede en el Palacio de Bellevue a Horst Köhler, ex director-gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), que renunció inesperadamente el mes pasado tras las críticas recibidas por unas polémicas declaraciones en las que relacionaba las intervenciones militares alemanas en el exterior con la defensa de intereses comerciales y económicos.

El presidente federal alemán es la primera autoridad política del país, pero su poder se limita a tener funciones de representación y a ser una instancia de preservación de los principios éticos y morales de la República. El poder político en el gobierno está depositado en la figura del canciller. Fuente: Andina

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