El Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos monitoreaba el viernes la tormenta tropical Erika en el noreste del mar Caribe y una ola tropical en el este del Atlántico, pero ambos sistemas era poco probable que se convirtieran en ciclones en las próximas 48 hors.
CNH dijo que ya había emitido su último aviso sobre Erika, pero que el sistema sería seguido con atención para detectar posibles signos de regeneración.
Habían pocas probabilidades -menores al 30 por ciento- de que se convirtiera en ciclón tropical.
En tanto, la ola tropical, ubicada a aproximadamente 281,6 kilómetros al este sudeste de las islas de Cabo Verde tiene el potencial de desarrollarse lentamente durante el próximo par de días, mientras se mueve en dirección oeste a entre 16 y 24 kilómetros por hora (kph). También había una pequeña probabilidad -menor al 30 por ciento- de que se transforme en ciclón tropical durante las próximas 48 horas, precisó el CNH.
En otros sectores no se esperaba la formación de ciclones. Tanto las tormentas tropicales como los huracanes son seguidos de cerca por los operadores de los mercados de energía, preocupados por irrupciones en el Golfo de México, donde están ubicadas importantes instalaciones de producción de crudo y gas natural.
También los operadores de los mercados de materias primas se mantienen atentos a las tormentas por posibles daños a los cultivos de cítricos, algodón y otras siembras en Florida y otros estados junto a la costa de Texas.
Los precios de seguros vinculados a activos, que transfieren los riesgos asociados a seguros por desastres naturales a los inversores de mercados de capitales, y pueden ser usados para cubrir otros riesgos expuestos al clima, también podrían verse afectados por el recorrido de una tormenta.
