(Aeronoticias).- Un periodista italiano que escribe para la televisión de su país vino recientemente a Lima para inventar una truculenta noticia sobre robos, drogas y secuestros protagonizados por delincuentes, con escenas donde figura el mismo como testigo ,pero la policía peruana desenmascaró la farsa , poniéndolo en ridículo.
Casos de noticias trucadas, como la que hacemos referencia, no son lamentablemente raros en la prensa mundial, cuyos autores han sido a menudo afamados periodistas que incluso han llegado a recibir premios de gran categoría como el Pulitzer y aún el Nobel cuando ,llegaron a convertirse posteriormente en escritores.
Periodistas así, con una imaginación digna de mejores causas han salido de las redacciones de grandes diarios de Estados Unidos, Inglaterra, Italia y Colombia, viéndose obligados a devolver sus premios y a renunciar antes de ser despedidos y salir por la puerta falsa de las empresas que los habían contratado.
Cuando un periodista miente adrede es pasible de ser condenado por las autoridades, cuando no por las propias instituciones tutelares de su noble profesión por faltar a la ética, pero cuando son las autoridades las que pretenden cambiar la verdad de una noticia, son éstas las que merecen el repudio de la opinión pública.