(Aeronoticias) Luego de que se aperturara una investigación ética contra el ex ministro de Justicia y abogado Aurelio Pastor, ante la Dirección de Ética Profesional del ilustre Colegio de Abogados de Lima en el caso Crousillat, en el que el eficiente ex parlamentario tendría su domicilio en Tarapoto y de allí la imposibilidad de notificarlo con celeridad, se abrió el debate en relación a si la reglamentación vigente para sancionar la violación al Código de Ética de los Colegios de Abogados del Perú es o no efectiva.
Debemos recordar el caso más importante que manejó el Colegio de Abogados de Lima en la gestión del ex decano Walter Gutiérrez Camacho entre el 2008 y 2009 en el expediente 094-2008, en donde se sancionó con 5 años de suspensión a un abogado que aconsejó a su cliente a esconder el cadáver de una joven asesinada aún está sin solución, en razón a que el Tribunal de Honor que preside el ex decano Fernando Vidal Ramírez no tuvo mejor idea que anular la Resolución del Consejo de Ética que presidía la jurista Rosa Mavila León para “esperar la sentencia penal que probara la acusación más grave, es decir el ocultamiento del cadáver de Juliana Villacorta García, aconsejado supuestamente por el abogado Víctor Octavio Girao Alatrista, que aún sigue ejerciendo su profesión.
En el 2010 la Doctrina Ética de los abogados que impulsa la junta directiva del CAL, debería expulsar a aquellos miembros de la orden que violan el Código de Ética de los colegios de abogados del Perú, en este caso Víctor Girao fue condenado a 4 años de cárcel y pesa sobre él una Resolución del Consejo de Ética por 5 años, que según el Tribunal de Honor del CAL debería ser más severa, es decir la expulsión, que se espera se de en el mes de abril de 2010.
El 28 de enero de 2010, la Cuarta Sala Penal de Reos en Cárcel condenó a 4 años de cárcel a Victor Girao Alatrista, en una sentencia leída en una Sala de Audiencias del Penal de Lurigancho, sin embargo la 17 Comisión de Investigación del Colegio de Abogados de Lima, hace 9 meses tiene empantanado el expediente permitiendo que este abogado siga ejerciendo, entonces nos preguntamos ¿qué sanción se puede esperar para otros abogados, si en este caso – ocultamiento de un cadáver – el más grave en la historia del Colegio de Abogados de Lima, hasta ahora no pasa nada.
Sólo queda esperar que el actual Director de Ética del ilustre Colegio de Abogados de Lima haga justicia porque en la gestión anterior se tejió en este caso un manto de impunidad ética que es reprobado por más de 50,000 abogados.
