En el primer caso, se trata de un avión Airbus A 320 de la compañía aérea rusa Aeroflot con 122 personas a bordo, que aterrizó de emergencia en la ciudad siberiana de Novosibirsk cuando estaba volando de Yakutsk a Moscú, probablemente a causa de una fisura en una de las ventanas de la cabina de mando, informaron las autoridades aeronáuticas, subrayando que nadie resultó herido en el incidente.
En Rusia se realizan casi todas las semanas aterrizajes de emergencia debido a fallos en el funcionamiento de los aviones, mayormente obsoletos.
El otro caso corresponde al vuelo JQ20, de un Airbus A 330-200 –el mismo modelo del Airbus de Air France siniestrado- de la compañía australiana Jetstar- la línea aérea de bajo coste de Qantas-, que debió realizar un aterrizaje de emergencia en el océano Pacífico, tras declararse fuego en la cabina de mando, sin embargo en este incidente tampoco nadie salió herido.
Al respecto se afirmó que tras cuatro horas de vuelo del aparato de Jetstar, la cabina del avión de Jetstar se llenó de humo y se vieron llamas desde la ventana derecha, es por esto que el director ejecutivo de la empresa Geoff Buchanan sostuvo que la aeronave tiene dos años de antigüedad y había sido revisada por última vez el 6 de mayo por ingenieros de Qantas.
Por otro lado como parte de las investigaciones se buscará en la base de datos para ver si ha habido otros aviones de este modelo –siniestrados- y si ha habido similitudes, afirmó Neville McCarin, director en funciones de la Oficina de Seguridad de Transporte de Australia, para esto ya cuatro especialistas fueron enviados ya a Guam para investigar las causas del siniestro.
Aeronoticias considera que es hora de poner en acción el plan de reestructuración y actualización de estas aeronaves, ya que si bien aún no está demostrado el vínculo de estos dos incidentes con el mayor ocurrido al AF 447, es claramente una necesidad la actualización de los aparatos, porque se han convertido ya en una amenaza para la vida del usuario.
Hacemos votos para que cuanto antes las aerolíneas de todo el mundo pongan manos a la obra, y aceleren sus procesos a fin de evitar una catástrofe como la que le tocó al Airbus de Air France.
