(Aeronoticias).- Desde que el secretario del ayuntamiento de Deer Trail -Colorado, Estados Unidos- dejara de contar la cantidad de cheques a nombre de usuarios dispuestos a pagar 25 dólares para ganarse una licencia para derribar aeronaves no tripuladas, ya había 19 mil 6 dólares en el condado.
Aunque hasta ahora, la normativa para poder tirar abajo estos drones -de reconocimiento, vigilancia, de uso periodístico, entre otros- se votará en octubre, ya 983 personas han manifestado, 25 dólares en cheques, empotrar el fuselaje con la tierra.
La oposición de la Administración Federal de Aviación es clara: No permitirá que estas naves caigan porque, daño físico a las personas y a la infraestructura aparte, puede ser imputable como acto criminal.
Sin embargo, que la FAA de Estados Unidos barra con las expectativas legales de los «matadrones» no significa una pérdida de legitimidad en el interior de cada avistador de aeronaves no tripuladas, dispuesto a ver comos sus férreas alas se desmiembren tras el desplome.
Con información de Slate.
