El 5G, una red para satisfacer a personas y a máquinas

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(Aeronoticias).- «El 4G fue una evolución del 3G, con más ancho de banda y más velocidad, pero a nivel general el mismo ecosistema, mientras que la 5G pretende habilitar toda una serie de usos que se salen de este ecosistema» como la sanidad electrónica, la industria 4.0 o los transportes por ejemplo, explica Viktor Arvidsson, director estratégico en Francia de Ericsson.

Para los consumidores, el 5G debe aportar más velocidad y más ancho de banda para permitir el desarrollo del vídeo en línea, la realidad virtual o incluso la llegada de los hologramas.

«Para los hologramas, necesitamos un ancho de banda superior a los 10 gigabits por segundo (Gb/s) y las redes 4G no los pueden ofrecer. Pero en el futuro, el 5G podrá alcanzar los 20 Gb/s. La gente adora este tipo de servicio innovador», explica Minsoo Na, director de investigación y desarrollo en el operador surcoreano SK Telecom.

Pero más allá de las necesidades humanas, el principal reto del 5G es la esperada explosión del internet de las cosas en campos tan variados como sensores, sanidad, transporte o máquinas industriales, para los que el 4G no está adaptada.

«La red debe adaptarse al mismo tiempo a anchos de banda muy importantes y capacidades enormes así como a miles de millones de objetos comunicándose muy poco y de manera poco frecuente. También tiene que responder a necesidades críticas, que necesitan tiempos de respuesta extremadamente cortos», explica Frédéric Pujol, especialista de tecnologías de radio y espectro en Idate.

CUESTIÓN DE MILISEGUNDOS

Gracias al uso de un espectro de onda más ancho, a antenas cada vez más numerosas y adaptadas a diferentes ondas de radio y debido también a la mayor convergencia entre redes fijas y móviles, será posible agilizar la rapidez de la transmisión, una necesidad absoluta en el internet de las cosas.

«Será necesaria una red con una latencia de pocos milisegundos para el automóvil por ejemplo. Con el 4G, un vehículo autónomo a 100 km/h necesitará tres metros para accionar el freno mientras que con el 5G solo serán unos centímetros», explica Mérouane Debbah, director matemático y algorítmico de Huawei en París.

«Pero para ello, haría falta una cobertura del 99,99% en cualquier punto del globo», precisa. Otro desafío es la autonomía del dispositivo.

«Con el 4G, si ofrecemos una transmisión de 10 G/s, el smartphone se queda sin batería muy rápidamente. El 5G debería responder este tipo de problema y permitir también el internet inmersivo» que llegará de la mano del vídeo 8K (de ultra alta definición) y los cascos de realidad virtual, precisa Debbah.

Estos diferentes usos, imaginados en 2014, abren el apetito inversor en varias partes del mundo. Desarrollarlos es el objetivo del programa europeo METIS 2020, participado por una treintena de grupos europeos y mundiales para definir los objetivos esperados del 5G.

Fuente: El Comercio.

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