El turismo enológico, llamado también “Turismo de bodegas” o “Turismo del vino” se disfruta de una forma especial en Argentina. Lugares como las ciudades de Mendoza, San Rafael, San Juan, Calafate entre otras, reciben miles de turistas ávidos ante la posibilidad de conocer todo acerca del vino: su color, su aroma, su sabor, su historia, sus bodegas y viñedos.
En los últimos cinco años el citado turismo creció un 142 por ciento. En el 2008 1.023.581 personas provenientes principalmente de Brasil, Estados Unidos, Chile, Canadá, Gran Bretaña y México, recorrieron Los Caminos del Vino (situados en la ciudad de Mendoza), según reveló un trabajo de la Comisión Nacional de Turismo Vitivinícola.
La vid, cuyo cultivo comenzó en forma artesanal en el siglo XVI, fue industrializándose con el paso del tiempo hasta convertirse en nuestros días, en una de las principales actividades económicas de estas regiones.
Las bodegas y viñedos ofrecen, además de típico recorrido por las instalaciones y la degustación de sus vinos, otras opciones para disfrutar, como cabalgatas, comidas típicas, spa, golf, museos y actividades para niños.
