Así, mientras la ceremonia fúnebre en memoria de los dos agentes, que tenían 28 y 27 años, era presidida por los príncipes de Asturias en la catedral de Palma de Mallorca, los investigadores policiales manifestaban que los responsables del atentado de Mallorca «podrían encontrarse aún» en las islas Baleares.
El Ministerio del Interior difundió ayer las fotografías de seis etarras, cinco de ellos «nuevos» miembros, sospechados de tener responsabilidad directa en los últimos dos atentados, en particular en el que acabó anteayer con la vida de los guardias civiles Carlos Sáenz de Tejada y Diego Salvá Lezaun. Ambos murieron en Calviá, Mallorca, como consecuencia del estallido de una bomba colocada por el grupo terrorista en la camioneta policial que utilizaban.
Un día antes, la organización separatista había hecho estallar una camioneta bomba frente a un cuartel vivienda de la Guardia Civil en la ciudad de Burgos, norte de España. El atentado dejó 65 heridos leves y dañó severamente la fachada del edificio, aunque, según admitieron las autoridades, resultó un ataque «fallido» porque, en realidad, «ETA intentaba perpetrar una masacre» con esa acción.
Los seis sospechosos buscados son dos mujeres, Itziar Moreno Martínez e Iratxe Yánez Ortiz de Barrón; y cuatro hombres, Alberto Machain Beraza, Iván Saez de Jáuregui Ortigosa, Oroitz Gurruchaga Gogorza y Joanes Larretxea Mendiola.
De todos ellos, sólo Oroitz Gurruchaga, de 28 años, ya había aparecido con anterioridad en la lista de terroristas rastreados por el Ministerio del Interior español, hecho que da cuenta de una preocupante renovación generacional en las filas de la organización terrorista.
Organización perversa
En el funeral de los jóvenes policías asesinados anteayer, en el que muchos de los asistentes vivaron varias veces a la Guardia Civil, el arzobispo castrense Juan del Río definió a ETA como «una organización que intenta amedrentar y someter a los españoles a su totalitarismo, intrínsecamente perverso y nunca justificado».
En la homilía, el prelado exhortó a los presentes a «no dejarse caer en el desánimo» ante el regreso activo a la lucha armada de los terroristas vascos. «La última palabra de este combate no la tienen los hijos del terror, sino quienes, como lo hacían las víctimas de este atentado, trabajan por la paz, la justicia y la decencia en la sociedad», destacó.
Poco antes de iniciarse el oficio religioso, los príncipes Felipe y Letizia de Borbón les dieron personalmente el pésame a los familiares de los policías asesinados en Calviá. Cubiertos por sendas banderas españolas y claveles rojos, y cargados sobre los hombros de sus compañeros, los ataúdes de los dos guardias asesinados fueron precedidos por las cruces de oro al mérito de la Guardia Civil, concedidas poco antes en forma póstuma por el presidente José Luis Rodríguez Zapatero.
El mandatario había llegado a Palma de Mallorca en la madrugada de ayer junto con el líder del Partido Popular, Mariano Rajoy, para brindar, en nombre de toda la clase política española, las condolencias a los familiares de las víctimas.
El gesto fue acompañado por la sociedad en todo el país con pequeñas manifestaciones frente a los ayuntamientos de las principales ciudades, donde se realizaron cinco minutos de silencio en homenaje a las víctimas y en repudio a ETA.
El ritmo habitual de algunas de estas ciudades, especialmente Madrid, se vio también alterado por el incremento de controles policiales en los espacios públicos de mayor concurrencia, donde la fecha de recambio turístico también produjo una aglomeración de turistas más grande de lo habitual.
El rey Juan Carlos tiene previsto llegar a Mallorca esta misma semana. La isla es el destino de vacaciones de la familia real, que posee allí una residencia, el Palacio de Marivent. El monarca condenó ayer duramente «los salvajes atentados» que sacudieron a España esta semana, al señalar que el terrorismo «volvió a mostrar su rostro más cobarde y deleznable».
Peritaje policial
Por otra parte, las fuerzas de seguridad confirmaron que la bomba que provocó la muerte de los dos agentes era de tipo Lapa, ya que fue adosada a la parte baja del vehículo que tripulaban. Arribaron a esta conclusión luego de obtener los resultados del peritaje de una segunda bomba, que, tras ser colocada debajo de otra camioneta estacionada cerca de la que estalló, no llegó a explotar y pudo ser detectada por perros especialmente entrenados.
ETA fue creada el 31 de julio de 1959 y en su campaña de terror ha provocado la muerte de 825 personas.