(Aeronoticias).-Cables, herramientas, máquinas de uso desconocido y algunas computadoras. En los talleres del Centro de Desarrollo de Proyectos (Cedep) de la Fuerza Aérea del Perú (FAP), en la base aérea de Las Palmas en Surco, ingenieros y técnicos civiles y militares trabajan en silencio diversos proyectos en paralelo que, en conjunto, buscan darle algo de independencia tecnológica al país, con un importante ahorro de costes.
El proyecto «Castor» es un simulador de vuelo que reproduce exactamente, pieza por pieza, la cabina de un DHC-6 Twin Otter, avión de hélice fabricado en Canadá y usado en nuestro país para actividades de desarrollo en la Selva.
Las mejoras propuestas por el Cedep se encuentran en el parabrisas de la cabina, donde se ha colocado un papel especial en el que se proyectan imágenes georreferenciadas de algunas zonas del país –antes, las imágenes eran proyectadas en un ecran colocado a algunos metros fuera de la cabina–.
Proyecto ‘Carmarán’
Otra de las creaciones del Cedep es el «carmarán», un simulador genérico compuesto de una pantalla LCD –donde se transmiten imágenes georreferenciadas de la costa peruana– y la instrumentación básica de una aeronave cualquiera, como el altímetro y el velocímetro.
Para que el piloto ponga en práctica los procedimientos de emergencia para salvar la situación, en el «carmarán» se puede programar una serie de fallas, como descensos con escasa velocidad, apagado del motor o generar efectos ambientales con mucha neblina y nubosidad para disminuir la visibilidad del piloto. La silla, incluso, vibra ante las dificultades atmosféricas programadas. Prácticamente, todo hecho con tecnología peruana.
Su fabricación tomó seis meses y la inversión fue de 250,000 dólares, cuando en el mercado exterior un simulador de ese tipo no baja de los 5 millones de dólares. La diferencia monetaria es tremenda y el ahorro de recursos, inmenso.
Caída libre virtual
Uno de los trabajos más recientes es el simulador de paracaídas, cuyo primer prototipo está en prueba en los talleres del Centro de Desarrollo de Proyectos.
El dispositivo consta de dos sensores conectados a cada brazo del usuario, un juego de gafas de realidad virtual y una tarjeta de adquisición de datos.
El sistema somete a la persona a un proceso de caída libre –desde que se inicia el desenvolvimiento del paracaídas– para que esta pueda aprender a gobernar el descenso hasta llegar a tierra.
La particularidad del proyecto es la posibilidad que ofrece de programar «saltos virtuales» en grupo, pero sin la necesidad de que los efectivos en entrenamiento se encuentren en un mismo lugar.
«Nos permitirá contar con varios usuarios en un solo ambiente o en diferentes zonas del país conectados por internet.
Cuando todos empiecen la simulación del salto coordinadamente, podrán caer en la misma zona. Mediante las gafas de realidad virtual podrán ver el área geográfica sobre la que realizan el salto.
Este simulador posee imágenes georreferenciadas de Iquitos, Pisco y Las Palmas», explica el ingeniero electrónico Fidel Monteza, jefe de plataforma 3 DOF del Cedep.
En este caso, el ahorro también es evidente. El sistema construido en los talleres de la Fuerza Aérea del Perú con tecnología nacional costó 500,000 dólares, pero si se hubiera comprado en el mercado internacional, la cifra habría ascendido a los 3 millones de dólares. Una combinación de números y talento nacional de alto vuelo.
Aportes del Cedep
Construcción de simuladores de vuelo para aviones usados por la FAP, como el Pilatus PC-6 (nave de fabricación suiza) y el turbohélice Tucano (avión hecho en Brasil).
En 2007, fabricación de una silla de Barany, usada para prevenir en futuros pilotos la desorientación espacial causada por los cambios bruscos de posición durante el vuelo.
Simulador de misil antiaéreo portátil para entrenamiento del personal de defensa aérea.
También han fabricado grabadoras de voz para todas las torres de control de la Fuerza Aérea en el país.
Tiene en vías de desarrollo un radar con tecnología propia.
Más proyectos
El coronel Carlos Ocio, director del Cedep, es entusiasta respecto a los proyectos futuros que asumirá su departamento.
«Pese a las dificultades económicas, seguimos avanzando. Con un mayor apoyo podremos conseguir muchas más cosas, y el país seguirá promoviendo la investigación y desarrollo».
ElPeruano.pe
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