Guerra en Irak: El día que la inteligencia murió

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(Aeronoticias).- Como en una canción de muerte, las alocuciones de Tony Blair -ex Primer Ministro del Reino Unido- hacían comparsa a las acusaciones del expresidente Bush respecto a la posesión de armas de destrucción masiva bajo el poder de Saddam Hussein. Ahora, a diez años de la guerra, el asunto es que, o se dejaron llevar, o mintieron ambos.

Las fuentes a las que ellos apelaban se sostenían en datos de inteligencia -el MI6 en el caso inglés-, pero eso sólo era un decir puesto que realmente fuentes de inteligencia sostenían que el régimen de Hussein no poseía armas de ese tipo. Evidencias bélicas eran «esporádicas y parciales».

Como lo declara Mike Jackson, en aquel entonces jefe del Ejército Británico, «lo que parecía ser oro en términos de inteligencia, resultó ser oro falso, parecía oro pero no lo era». Y si bien Jackson recalca que Blair realmente creía en la posesión de estas armas, la aparición del espía Rafid Alwan sembró certezas donde no había. Tanto que la CIA señaló: «Elementos de su comportamiento nos parecen típicos de aquellos individuos que normalmente serían considerados como mentirosos pero nos inclinamos a creer que una significante parte de lo que reporta es verdad».

Con información de la BBC.

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