HONDURAS: MICHELETTI ANUNCIÓ COMPÁS DE ESPERA PARA EL GOBIERNO DE TRANSICIÓN

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El presidente de facto ratificó un impasse durante el fin de semana para concretar la coalición que conduzca el Ejecutivo hasta que asuma el nuevo mandatario. Fue luego que el presidente constitucional, Manuel Zelaya, diera por fracasado el acuerdo de paz alcanzado y anunciara que no reconocerá las elecciones del 29 de noviembre. «Dando nuevamente espacio de reflexión al señor Zelaya, el presidente Micheletti ratificó su disponibilidad a reconocer que es importante un compás de espera durante este fin de semana para lograr concretar el Gobierno de unidad y reconciliación», indicó el régimen de facto en un comunicado, reproducido por la agencia de noticias ANSA. 
«Este acuerdo es letra muerta. Su incumplimiento lo ha hecho fracasar», dijo ayer Zelaya a la radio Globo desde la embajada de Brasil, donde se encuentra desde su regreso al país el pasado 21 de septiembre, según reprodujo Prensa Latina. El presidente hondureño manifestó que «no se puede seguir engañando al pueblo con este tipo de acuerdo que lo único que expresa es la falta de voluntad de los golpistas de resolver el problema». 
Según lo pactado el pasado 30 de octubre entre el gobierno constitucional y el régimen de facto, el 5 de noviembre debió haber quedado instalado un gabinete de reconciliación nacional. Este gobierno, por ley, debe ser encabezado por el presidente electo por el pueblo de Honduras, señaló un comunicado firmado por Zelaya. Sin embargo, minutos antes de la medianoche el jefe del régimen de facto, Roberto Micheletti, anunció que integrará y presidirá un gobierno de «unidad y reconciliación» donde no está representado ni un sólo miembro nombrado por el mandatario derrocado. 
«Hemos decidido no continuar con este teatro del señor Micheletti», denunció Zelaya, y advirtió que no puede presidir un gobierno alguien que no es reconocido por la comunidad internacional.  Entre sus argumentos para rechazar la propuesta del gobierno de facto, Zelaya explicó que «en su condición de golpista, Micheletti no es reconocido como gobernante de Honduras y su régimen de facto es objeto de sanciones económicas por parte de la comunidad internacional», informó la cadena multiestatal Telesur. 
Por otra parte, manifestó no tener «ningún deseo de volver a dialogar con quien no quiere dialogar y realmente manifiesta posiciones de intransigencia y deshonestidad». Según el comunicado del régimen de facto, «Zelaya atribuye la falta de participación en el Gobierno de unidad y reconciliación como excusa para declarar fracasado el Acuerdo y abandonar su cumplimiento cuando él mismo fue quien rehusó cooperar». 
El documento publicado por el gabinete de Micheletti señaló que se está cumpliendo el pacto «punto por punto, letra por letra». Pese a que todavía no se ha decidido el punto número cinco del Acuerdo, que contempla la restitución del presidente constitucional. Entre otros puntos, el pacto, iniciativa del presidente de Costa Rica, Oscar Arias, y la Casa Blanca, plantea crear una comisión de la verdad para investigar y analizar los hechos antes, durante y después del Golpe. Así como también verificar el cumplimiento de lo pactado. 
Además Micheletti insistió en la «disponibilidad de hacerse a un lado» bajo la condición de que el presidente Zelaya «renuncie a su intención de ser restituido», una propuesta que ha sido repetidamente rechazada por el presidente depuesto, por el Frente de Resistencia al Golpe y por la comunidad internacional, pues la medida se contrapone con el acuerdo suscrito, que exige la restitución del presidente legítimamente electo. 
El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, «deploró» la suspensión de poner en funcionamiento el Acuerdo Tegucigalpa-San José e hizo un llamado a las partes a cumplir lo suscrito «sin más subterfugios». 
Además explicó que «naturalmente» le corresponde presidir el Gobierno de Unidad «a quien detenta legítimamente el cargo de presidente de la nación hondureña», en referencia a Zelaya. Los cancilleres de 24 países latinoamericanos y caribeños del Grupo Río reunidos en Jamaica, emitieron ayer una declaración en la que condicionan el reconocimiento de las elecciones hondureñas a la «restitución inmediata e incondicional» de Zelaya. 
La Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) también reafirmó su apoyo al presidente Zelaya y señaló que su restitución inmediata es elemento central del acuerdo firmado. 
La Unasur urgió el cumplimiento de los acuerdos alcanzados el pasado 30 de octubre, que suponían que el Congreso hondureño tomara la decisión sobre la restitución de Zelaya en el poder y la conformación de un Gobierno de Unidad Nacional. En cambio, Estados Unidos se habría comprometido a reconocer las elecciones del 29 de noviembre aún sin la restitución de Zelaya, según afirmó ayer el senador republicano Jim DeMint.

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