(Aeronoticias).- Comentar la triste partida de una gran hombre de teatro como Reynaldo D`Amore, es no solo doloroso, pues lo conocí y trate por muchos años, sino que deja un vacío enorme e insustituible, pues ha forjado a varias generaciones de actores y actrices del medio, inculcándoles la mística que él tenía en lo que se llama Hacer teatro de calidad.
Argentino de nacimiento, pero radicado en Lima, se casó con Martha Lorenzzi y tuvo 2 hijos.
Creó el Club de Teatro de Lima, y lo hizo en los bajos de la Galería Maison de France en la Colmena. Desde muy joven yo iba con mi madre a ver las obras en las que actuaba o dirigía Reynaldo, un profesional dedicado por entero a esta profesión que amaba y a la que le entregó por completo su vida.
Profesor estricto en todo, pero con paciencia cuando se daba cuenta de el potencial de sus alumnos. Profesional de los que dejan huella.
Hace unos días nos encontramos en un teatro, viendo «El Hombre Elefante». Me acerqué a preguntarle qué le había parecido, Muy jovial y entusiasmado me respondió «¡Excelente!» y yo tomé esa frase para mi comentario de la obra. En los siguientes días asistió a todos los teatros a ver los montajes de la cartelera. Ha saludado al elenco con el afecto que les demostraba siempre. Me figuro que los actores y directores no sabían que se estaba despidiendo el gran maestro, director y actor que fue, ahora un gran espectador de lujo.
Enumerar los montajes y éxitos de su larga carrera sería reiterativo, pero hay que decir como el gran Alonso Alegría, el teatro en el Perú tiene un antes y un después de Reynaldo D’Amore, Descansa en Paz e ilumínanos desde arriba. Gracias por todo, amigo.