¿Por qué los aviones no han aumentado su velocidad desde la década de los 60?

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(Aeronoticias).- Avión supersónico de negocios.

La producción del avión supersónico comercial es aún un reto olvidado, al menos en los próximos 15 años. El principal problema es el costo que supondría y por eso el estancamiento en la velocidad de los vuelos en las últimas décadas.

Los aviones no han cambiado su velocidad desde los años 60. No es tanto un motivo de tecnología, sino más bien de economía, ya que la mayoría de los pasajeros no podrían pagar un billete tan caro.

Por eso, habría que crear un avión dirigido a un público capaz de asumir estos costes y de desembolsarse tanto dinero. He aquí el sentido de los aviones de negocios con pantallas, según apunta Jeff Miller, director de Comunicación de Aerion Corporation, en una entrevista en la CNN.

Menos consumo, misma velocidad

Así pues, la industria aeronáutica está tratando de resolver éste problema con un único objetivo: mantener la velocidad de estos vuelos, pero reducir notablemente los costes de producción y consumo de estos servicios. Una de las vías abiertas para conseguirlo es la que apunta a la reducción de la aerodinámica.

¿Cómo? Es ‘sencillo’: con alas que permitan reducir al máximo el roce del aparato con el aire.

Aerion ha estado investigando formas de compensar esto con el desarrollo de las alas de flujo supersónico laminar natural (FSLN), que se han estado probando en colaboración con la NASA. Este tipo de alas, más delgadas y cortas que las típicas de avión, se usan para reducir la resistencia de fricción en un 80%.

El problema es que, por ahora, es imposible conseguir un avión supersónico de alas más ‘delgadas’. El ‘Concorde’ (el primer y único avión comercial supersónico de la historia) era un buen ejemplo de ello. Cuando desaceleraba su velocidad por debajo de Mach 1 (340,29 m/s) quemaba más combustible que cualquier avión convencional.

Una traba legal

También existe un problema legal para desarrollar los vuelos supersónicos. Es el tema del estallido sonoro que provocan estos aviones cuando superan la velocidad del sonido. El estruendo es tal, que no se podría desarrollar sobre zonas pobladas.

Es decir, que por ahora sólo sería válido para hacer un vuelo entre Los Ángeles y Tokio, por ejemplo, pero no entre Los Ángeles y Nueva York.

Así pues, los investigadores están tratando de encontrar alguna forma de evitar que ese ‘estruendo’ se expanda o de reducirlo al máximo posible, un reto de la ingeniería más complicado quizá que los planteados anteriormente.

 

Fuente:  ecodiario.eleconomista.es

Foto:  Aerion Corp.

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