La Cumbre del Clima terminó con un acuerdo insuficiente

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Tras negociaciones maratónicas marcadas por el caos, la improvisación y el recelo, los gobiernos de 25 países alcanzaron un acuerdo pobre, sin objetivos vinculantes, en la cumbre que se celebró en Copenhague durante dos semanas. De hecho, ninguno quedó totalmente satisfecho. Los objetivos de reducción de emisiones de C02 para 2020 no se decidirán hasta 2010. Con la participación del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y el primer ministro chino, Wen Jiabao, líderes políticos de importantes países industrializados y emergentes llegaron a un compromiso final en la reunión de la ONU que prevé limitar el calentamiento global a dos grados Celsius respecto a los niveles pre-industriales, aunque se trata de un objetivo «voluntario».

 

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El acuerdo se gestó en una reunión de los líderes de Estados Unidos, China, India y Sudáfrica. A pesar de que las diferencias entre China y Estados Unidos fueron grandes hasta el último momento, Obama y Jiabao avanzaron lo suficiente como para sellar un compromiso de mínimos y poder así evitar el fracaso total, consigna un cable de la agencia dpa. El texto, que deja abiertos muchos detalles, fue calificado por Obama como un acuerdo «sensato» y «sin precedentes» en su forma global, pero de insuficiente en sus objetivos de lucha contra el cambio climático.

En ese sentido, el presidente de México, Felipe Calderón, también admitió que este texto «no es el acuerdo que el mundo necesita». «Es una base para un acuerdo futuro», aseguró en referencia a que el año que viene, su país alberga la XVI conferencia internacional sobre cambio climático. La decepción se basa, sobre todo, en el hecho de que deja para enero o febrero de 2010 los objetivos concretos de limitación de emisiones de gases de efecto invernadero (fundamentalmente el dióxido de carbono, C02, causante del calentamiento global).

Por eso mismo, y a pesar de defender el acuerdo alcanzado hoy, Obama admitió que se trata de «una muy buena base para seguir trabajando.» en el futuro. El presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, anunció que en la próxima conferencia sobre clima de la ONU, a celebrarse en mayo en Bonn, deberán alcanzarse nuevos acuerdos.

Según comentó, se acordó que hasta enero de 2010 todos los países deberán presentar sus metas nacionales para la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero. La organización ecologista Greenpeace habló de un resultado «decepcionante». El primer ministro noruego, Jens Stoltenberg, confirmó el acuerdo y comentó: «Lo que se alcanzó ahora es mejor que nada.»

Obama y Jiabao, según fuentes de la Casa Blanca citadas en Copenhague, alcanzaron un «compromiso» (sin especificar en sus detalles) en el controvertido tema de la supervisión de la reducción de emisiones de CO2 por parte de China, el elemento fundamental que bloqueaba el compromiso, que también fue apoyado por los países de la Unión Europea (UE). Los 27 socios de la UE aspiran, no obstante, a acuerdos más ambiciosos y vinculantes en materia de lucha contra el calentamiento global. El bloque se ha fijado como objetivo la reducción de sus emisiones de C02 de un 20 por ciento (con posibilidad de incrementarlo hasta un 30 por ciento) para 2020.

También ha aprobado un fondo de ayuda de urgencia por valor de 7.200 millones de euros (2.400 millones al año) de aquí hasta 2012 para ayudar a los países pobres a luchar contra el calentamiento global. No obstante, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, se lamentó esta noche de que el acuerdo «se queda muy corto respecto a nuestras expectativas. No ocultaré mi decepción», dijo el portugués en el plenario.

Washington quería que fuera la ONU quien «supervisara» esas reducciones de emisiones de C02, mientras que el gigante asiático se negaba por considerarlo una «injerencia» en sus asuntos internos. Al final parece, según fuentes diplomáticas, que se ha logrado encontrar una vía «intermedia» entre ambas posiciones. Incluso tras el acuerdo entre estos países, considerados decisivos, aún quedaba pendiente la aceptación definitiva por parte del total de los 192 países participantes en la conferencia. Está previsto que esta noche, el plenario de la cumbre analice el acuerdo.

No obstante, el grupo del G77 (países en vías de desarrollo) criticó duramente el acuerdo, que consideró una «imposición» de los países ricos a los menos favorecidos del planeta. El último día de la cumbre en Copenhague estuvo marcado por un caos poco habitual en las negociaciones y los sondeos a puertas cerradas.

De la delegación del primer ministro ruso, Dmitri Medvedev, que abandonó Copenhague antes de lo previsto, trascendió que nunca antes se había vivido «una cumbre tan mal organizada. Esto ha sido un caos», aseguró una fuente de la delegación rusa.Previamente, Obama hizo un llamamiento a la comunidad internacional a mover ficha «antes de que sea demasiado tarde».

Estados Unidos y China suponen -juntos- el 40 por ciento de las emisiones totales de C02 en el mundo.

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