La lusa TAP pisa el acelerador para ser más grande que Iberia en 2023

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La aerolínea portuguesa TAP aspira a convertir EEUU en su nueva Brasil, un mercado en el que controla el 30% del tráfico de pasajeros con Europa. Para conseguirlo, la firma semiestatal ha puesto en marcha un plan de crecimiento centrado en la región atlántica que le llevará a tener una división aérea tanto o más grande que la de Iberia antes de 2023 y a tratar de convertir Lisboa en un hub internacional.

“Estamos preparados para afrontar la fuerte competencia y convertir Lisboa en un gran hub europeo. No estábamos listos hace tres años porque la flota necesitaba ser renovada, teníamos que crecer y contratar más personal. Mientras el Estado ha sido el único accionista teníamos las restricciones impuestas por Bruselas que nos impedían invertir”, explica Miguel Frasquilho, presidente de TAP, en una entrevista con este diario durante el vuelo inaugural a Chicago.

El primer paso para crecer en EEUU, donde van a abrir rutas a San Francisco y Washington y ya están planeado empezar a volar a Los Ángeles y Atlanta en 2020, fue invertir en renovar y ampliar la flota y contratar más personal. Solo en 2018 han creado 1.350 puestos de trabajo, 137 pilotos y 566 TCP entre ellos, y elevado su plantilla vinculada al negocio aéreo hasta las 5.200 personas (entre pilotos y azafatas Iberia emplea a 4.617 personas).

Así, si en 2015, antes de que entraran en el capital de la firma David Neeleman, fundador de la brasileña Azul y la norteamericana Jet Blue, y el millonario portugués Humberto Pedrosa, TAP tenía una flota de 77 aviones y unas cuentas en números rojos, el pasado uno de junio la firma portuguesa entró a formar parte del club de las aerolíneas con 100 aviones. “Es un hecho histórico porque es la primera vez que TAP tiene 100 aviones en la flota. Para un país con la dimensión de Portugal, que tiene 10 millones de habitantes, es un hito importante”, asevera Frasquilho.

Planes para aumentar la flota

Pero los planes para aumentar la flota y pisar los talones al negocio aéreo de Iberia no terminan aquí ya que la aerolínea semiestatal cerrará el año con 105 aviones, cifra que seguirá creciendo hasta los 113 en 2021, los 122 en 2023 y los 125 en 2025, mientras que Iberia, que cerró 2018 con 105 aviones (107 si se suman los de Level), prevé terminar el periodo 2019-2023 con una flota media de 118 aviones y mantener un crecimiento de la oferta en torno al 6%. “Solo este año TAP va a recibir 37 nuevos aviones de Airbus de un total de 71 pedidos, que se deben entregar hasta 2025”, explica la lusa.

Por su parte, Iberia tiene previsto recibir 33 aviones nuevos entre 2019 y 2022 con los que renovará su flota de largo radio y ampliará su capacidad con los A350. De momento TAP no contempla comprar A350 y solo operará A330-900 neo y A321 neo en el largo radio. En este punto, la compañía prevé crecer a un ritmo de entre el 10 y el 15% en los próximos años aunque alerta que los planes se pueden ver limitados por los problemas de capacidad del aeropuerto lisboeta.

En cuanto a los pasajeros, con el crecimiento de la flota previsto hasta 2022, la aerolínea lusa espera llevar siete millones de pasajeros más, lo que le haría cerrar el año con un tráfico de entre 24 y 25 millones de pasajeros. Con estas magnitudes se pondría al nivel de Iberia en función del ritmo de crecimiento que finalmente lleve a cabo ya que este está condicionado a mantener ciertos niveles de retorno de la inversión. La compañía española, que ha sido una de las que mejores resultados ha arrojado en 2018, cerró el ejercicio pasado con 21,7 millones de pasajeros transportados. Las cifra incluyen los viajeros de Iberia Express y Level. Si se suman los de Air Nostrum, una empresa que no es del grupo pero que opera como franquicia, sube a los 26,4 millones.

Por ingresos, el negocio aéreo TAP todavía está lejos del de Iberia. La española facturó 3.868 millones, un 7,5% más, con la venta de billetes mientras que la lusa ingresó 2.782 millones, un 8,3% más. El grueso de los ingresos vienen de Brasil y Europa, por lo que su plan es más que triplicar su negocio en EEUU y seguir creciendo en el Viejo Continente, para alimentar sus vuelos de largo radio robando pasajeros a otros hub (el 80% de sus ventas se generan fuera de Portugal).

De momento, TAP, que cerró 2018 con unas pérdidas de 118 millones, ya va a superar a Iberia en destinos en Norteamérica, donde cerrará 2019 con ocho rutas frente a las seis de Iberia. Tras reforzarse en EEUU, el plan de TAP es seguir creciendo en Brasil, donde solo este año ha aumentado las frecuencias un 19,4%, y entrar en Argentina, uno de los principales destinos de Iberia, y redoblar la apuesta por África. Los planes de llegar a Asia tendrán que esperar tres años.

Fuente: El Economista.

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