La mística de un abogado litigante

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(Aeronoticias).- En el marco del Día del Abogado, quisiera hacer extensivo un saludo a todos los abogados y abogadas del Perú y a ellos dedico el presente artículo de opinión.

El titulo de este artículo nos concentra en  temas profundos que estaría pasando por desapercibido en el mundo complejo de la abogacía. Sin embargo, intentaré  sintetizarlo para su lectura y reflexión. Muy a menudo,  se han dirigido a nosotros los abogados y abogadas litigantes como si fuésemos el último escalón de toda una carrera jurídica, como si el ser “abogados litigantes” es equivalente a calificativos de que “no estamos en nada” “es un recurseo o cachuelos” “o simplemente que no tienen un trabajo estable” o peor aún como “el pasatiempo de aquellos que perdieron un trabajo estable y hasta que consigan algo mejor…”. ¡Cuánta ignorancia! ¿Será acaso que nos hemos perdido el respeto entre colegas? ¿O es que el Colegio de Abogados de  Lima  poco o nada ha trabajado por la institucionalidad del gremio en los últimos años? y no me refiero a la gestión actual sino a la sumatoria de las gestiones anteriores, pues desde hace buenos años que nuestro gremio ha perdido su institucionalidad, dejó de ser el foro de la  juridicidad en el país.

El diario vivir de un abogado litigante que comienza resolviendo problemas de sus familiares, vecinos, amigos para luego  asumir delicados casos que nos pueden conducir al éxito o al  olvido. Y, es que el mundo de litigio debería ser visto como una sana competencia en donde los abogados y abogadas tendrá que  hacer prevalecer su ética profesional, conocimientos, experiencia, oratoria, habilidades; pues qué enriquecedora experiencia sería si tan solo intentásemos verlo así, la sociedad  sería la más beneficiada y, cuánto ayudaríamos a los operadores de justicia para la resolución de las controversias e incertidumbres jurídicas.

¿A caso no sabemos todos los abogados y abogadas que la oralidad es uno de los principios claves de la administración de justicia, y que es la oportunidad de ser escuchados por quienes finalmente van a resolver el problema en cuestión? Pues así sean  cinco minutos, es parte de la habilidad de los abogados sintetizar, lo que queremos expresar. Los alegatos escritos son un complemento de lo que oralmente se puede lograr. Los abogados  y abogadas litigantes no somos un recurseo.

Un abogado litigante tiene se somete a un estricto horario de atención para hablar con los magistrados y encausar las  pretensiones de los patrocinados, coadyuvar con la resolución de los casos que se defiende, leyendo continuamente los expedientes y estar al pendiente de lo que la otra parte presenta para ver luego cómo vamos a refutarlo; hacer largas y cansadas  colas para presentar escritos; peor aún como se desactivan juzgados y se redistribuye nuestros expedientes, hablar con distintos operadores de justicia para la ubicación de los mismos y finalmente saber qué juzgado lo conocerá y sobre todo si el expediente llega completo a su destino final.

A esto se suma, que no siempre encontramos a los magistrados de “buen humor” para escuchar a los abogados y abogadas creando en muchas ocasiones un  conflicto personal. El dinamismo de un abogado litigante serio y responsable es agitado, estresante  pero a la vez satisfactorio, porque todo esfuerzo sin duda trae su recompensa y no necesariamente me refiero a lo económico.

Nuestra mística radica en nuestra  lucha constante por el ideal de  justicia que deseamos lograr, por la reivindicación de derechos vulnerados y haciendo nuestras las pretensiones de otros que buscan “justicia” siendo éste un derecho muy difícil de obtener en los actuales tiempos, porque tenemos que enfrentar  situaciones de hecho que desdibujan el  Estado de derecho, el debido proceso, la presunción de inocencia, la violación de estándares de la justicia y sobre todo de la libertad individual, decretándose detenciones preventivas en forma excesiva que hacen muy difícil la defensa del abogado creándose innecesariamente  “el miedo y la desesperación de quienes confiaron en nuestro trabajo”.

Vemos con mucha preocupación incluso el hecho de que la justicia en el Perú responda excesivamente en la aplicación de figuras jurídicas como el allanamiento, el impedimento de salida y la detención preventiva tan solo por quedar bien con la prensa  o “presión mediática”, o decirle a nuestros patrocinados “póngase a derecho, asista a las diligencias,  fije un domicilio cierto” para que luego sean “encarcelados sin sentencia mediante la figura de la detención preventiva”. La justicia debe descansar en el marco legal con interpretaciones supranacionales como manda la cuarta disposición final y transitoria de nuestra Constitución.

Nuestra mística también consiste en la dosis de sensibilidad social para asumir la defensa de un caso sin que ello nos conduzca a la pérdida de la objetividad y firmeza; despertar esas habilidades y capacidades  que permanecen dormidas por la fatiga del diario vivir, pues nos volvemos mecánicos y pocos originales, no damos riendas sueltas a nuestro pensamiento creador,  por ejemplo, “la innovación” “la creatividad” “la originalidad”. Presentamos formatos de escritos repetitivos, pero no innovamos, no creamos, no somos  originales, copiamos lo que otros hacen y piensan por nosotros.

Seamos litigantes independientes o como parte de un estudio jurídico, no  interesa, somos al fin y al cabo “abogados”. El abogado litigante bien informado, con sus herramientas tecnológicas, conocimientos jurídicos actualizados y su ética profesional, está preparado para enfrentar el  problema y adentrarse a este mundo competitivo complejo. De nosotros dependerá hacer de nuestro mundo competitivo una verdadera satisfacción o un fracaso constante.

Lesly Llatas Ramírez. 
Abogada y conductora de Entérate con Lesly TV
Especialista en derechos humanos, constitucional e internacional. enterateconleslytv@gmail.com

Dia del Abogado

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