(Aeronoticias).- José Rodríguez Elizondo, abogado y periodista chileno, especialista en temas fronterizos, lanzará el próximo jueves su libro “Perú-Chile después de La Haya”, donde analiza las implicancias de este palpitante tema y sus proyecciones no solo para ambos países sino también para Ecuador, Colombia y Bolivia.
Rodríguez Elizondo, quien acompañó al presidente Sebastián Piñera en su visita de 24 horas a Lima la semana pasada, opina que este “descolocó” a su par peruano, Alan García, al ofrecer una imagen más bien amistosa, lejos de la mostrada por su antecesora Michelet Bachelet que exhibía una de “enemistad inmóvil”.
El autor dice que Piñera , al contrario, deja ver una forma de “gobernar en acción”, dispuesto a “cambiar la historia” con gestos de cordialidad que han sido apreciados en el Perú pero rechazados en Chile, sobre todo por la oposición que lidera el ex presidente Ricardo Lagos, a través de la Concertación que perdió las elecciones.
En Lima se recuerda a Lagos por su intransigencia para abordar casos como el diferendo marítimo con el Perú o la salida al mar para Bolivia. En este último tema los diplomáticos latinoamericanos no pueden olvidar el bochornoso episodio que protagonizó en Monterrey, México, cuando Bolivia en la voz de su presidente Meza pidió que escuche el clamor de su pueblo, a lo que Lagos, a la sazón presidente de Chile, respondió con insolencia y hasta con aires matonescos: “Bien..ahora y aquí”. Lo único que le faltó fue quitarse el saco en una escena que un analista de su país calificó como “un portazo” al pedido boliviano.
Sebastián Piñera, considerado como un mandatario emprendedor y exitoso, se ha desenvuelto con sorprendente habilidad que, sin dejar de velar por los intereses de su patria, ha ganado muchas simpatías en Lima. Tal vez por eso el autor del libro “Perú-Chile después de La Haya” apunta en una parte de esta obra sobre las críticas que le dirigen desde los feudos de la Concertación :
“Tras haber sostenido la tesis de que no existía controversia jurídica alguna: tras haber aceptado dos presidentes nuestros , que Perú estaba en su derecho al reclamarnos; tras comparecer ante la Corte de La Haya, asumiendo la “litis” y tras dejar en la indefinición el carácter estratégico del conflicto, me parece un poco contradictorio decir que debemos mostrar enojo en diferido, para impresionar a los jueces”.