(Aeronoticias).- La tensión social y política que provoca el debate por el matrimonio gay en Argentina aumenta cada vez más a medida que se acerca la fecha de la sesión del Senado que definirá mañana el tema. Mientras la Iglesia Católica y representantes de otros credos apuestan a ejercer una fuerte presión hoy, con marchas previstas frente al Congreso y en las principales ciudades del interior, la presidenta Cristina Kirchner arremetió desde China, contra la oposición religiosa al proyecto.
«Estoy un poco sorprendida por el tenor, el tono y el contenido que ha tomado el discurso. Es muy preocupante escuchar expresiones como «guerra de Dios», «proyectos del demonio» y cosas que realmente remiten a tiempos de la Inquisición», planteó Cristina Kirchner, en diálogo con los periodistas que cubren su gira por China, que comenzó formalmente ayer en esta ciudad con una disertación de la Presidenta en la Universidad de Economía y Comercio Internacional de la República Popular China.
En medio de esta dura polémica, el arzobispo de Córdoba, monseñor Carlos Náñez, prohibió ayer el ejercicio público del ministerio sacerdotal al presbítero José Alessio, que se había pronunciado públicamente en favor del casamiento homosexual.
Todos los obispos están encolumnados en manifestaciones contrarias a la unión matrimonial de personas del mismo sexo, la más importante de las cuales se realizará en el día de hoy frente al Congreso, adonde llegarán delegaciones de ciudades del interior del país. El acto se llevará a cabo entre las 18.30 y las 20.30. El arzobispo de Buenos Aires, cardenal Jorge Bergoglio, impulsa esta manifestación, en conjunto con la Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de la República Argentina (Aciera) y de la Federación Confraternidad Evangélica Pentecostal (Fecep).
