(Aeronoticias).– Mientras una ofensiva militar gubernamental dejaba al menos 66 civiles y tres soldados muertos en el bastión de la oposición, la ciudad de Homs, el Gobierno de Estados Unidos decidió cerrar su embajada en la capital Siria de Damasco, y evacuó a los últimos integrantes de su cuerpo diplomático.
La Casa Blanca advirtió que un eventual apoyo a SIria es una «apuesta perdedora», debido al reciente veto de China y Rusia de una resolución del Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU), que condenaba la brutal y demencial represión siria.
Por otro lado, la canciller alemana Ángela Merkel afirmó que los gobiernos de Pekín y Moscú son los responsables del terrible baño de sangre.
«Los dos países asumen la responsabilidad de que el derramamiento de sangre en Siria continúe», aseguró Merkel.