Miguel Abellán triunfó en la primera corrida

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(Aeronoticias) El domingo 26 se realizó la primera corrida de toros de la Feria. Con toros de Juan Bernardo Caicedo partieron plaza Juan José Padilla, de burdeos y oro con cabos negros, Antonio Ferrera de morado y oro y Miguel Abellán vestido de marfil y oro. En tarde soleada, día para toros diríamos, la concurrencia alcanzó solo media plaza.

El ganado ha tenido correcta presentación dando el peso reglamentario, esta vez si la balanza ha funcionado correctamente. Sin embargo en cuanto a bravura no han cumplido, solo tres no han presentado complicaciones. El primero muy manso parecía pegado al piso, el segundo, un jabonero sucio, no entraba a los caballos teniendo que ser picado por el que guardaba puerta, David De la Barra, que lo hizo demostrando su calidad, lo que ratificó en el quinto que era su turno. En términos generales faltó casta. El quinto fue devuelto por estar cojo saliendo un sobrero terciado que desentonaba del resto de la corrida.

Al centro del ruedo se detuvo el paseíllo guardándose un minuto de silencio por quienes fallecieron en el curso del año, destacándose en ello la mención que se hizo de quien fuera el excelente varilarguero Miguel Mikulak.

Juan José Padilla no tuvo suerte con su  lote pues el primero parecía pegado al piso. Desde la salida muy abanto primero y luego agarrado a la arena. Nada puede hacer el diestro jerezano que al finalizar su faena escucha algunas palmas. En el cuarto está Padilla muy animoso. Inicia con una larga cambiada de rodillas y trata de torear a la verónica pero la sosería del castaño se lo impide. Con las banderillas invita a Ferrera y se lucen los tres en un vistoso tercio que es ovacionado. Brinda Padlla al subalterno Guerrita que esta tarde se corta la coleta. Con la muleta vemos muy poco por las condiciones del toro. Hay mucha voluntad del matador pero la faena no tiene una estructura. Hay silencio.

Antonio Ferrera bullidor como siempre no logra parear al jabonero segundo. Invita a Padilla a banderillear y ambos se lucen con los palos. Con la muleta hay una buena faena que empieza doblándose toreramente y donde destacan unos naturales con mando. En un momento casi al final de la faena el toro se arranca con violencia y pone en apuros al matador que se salva por un oportunísimo quite de su subalterno de confianza. Entra a matar y cobra una estocada muy baja que hace que todo quede en silencio. El quinto es devuelto por cojo y en su lugar sale el primer sobrero, terciado, que es bien picado. Vuelven a banderillear los dos espadas y son ovacionados. Inicia la faena doblándose y trata de meter al toro en la muleta pero solo puede estar valiente y dominador pues el toro no ofrece mayores posibilidades. Hay algunas palmas.

 

 

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