(Aeronoticias).- No debe ser coincidencia que, dentro de una lista de las mejores compañías británicas, Ryanair se encuentre en el último puesto, junto a la opinión de la familia de los accionistas de Ryanair. Un trago amargo que Michael O’Leary, rostro de la compañía irlandesa, encaró frente a los medios masivos junto a los representantes de la aerolínea.
Ni ellos (familiares de los propietarios de la compañía) querían volar en Ryanair.
Este increíble mea culpa -pellízquense, esto no es un sueño- busca un regreso al acercamiento entre la compañía y sus clientes, algo que parecerá un mito, pero que fue real hace décadas, cuando en los inicios Ryanair ofrecía beneficios a sus pasajeros por retrasos en los vuelos, y apenas operaba con dos aeronaves. Aunque la realidad pesa más: «Muchos de los elementos de servicio al cliente no cuestan mucho dinero», respecto a las maletas con proporciones made in Ryanair que los pasajeros deben ortodoxamente cumplir, y que la firma de O’Leary dejará de exigir, si quiera por un milímetro más.
Según expresó uno de los accionistas de la empresa, la pobre reputación de Ryanair limitaba el crecimiento de la compañía: «He visto personas llorando en las puertas de embarque (…) Simplemente hay algo mal que es necesario abordar», señaló Owen O’Reilly.
Con información de Web Pro News.