Con su decisión, las dos naciones redujeron el impacto de la crisis global en sus economías, lo que no lograron países de Europa, Japón y Estados Unidos, agregó. Las grandes economías, al contrario de Argentina, China y otras naciones como Brasil, Tailandia y Sudáfrica, prefirieron reforzar el sistema financiero antes que dar estímulos fiscales para recuperar o mantener el empleo, señaló. La entrevista con Lugones tuvo lugar en la sede de la ONU tiene en Buenos Aires y que es concurrente para Argentina y Uruguay.
Sobre China, el especialista dijo que el gigante asiático se ha constituido en una «locomotora» que impulsará un repunte del producto interno bruto (PIB) global este año y el crecimiento en 2010. Recordó que la crisis afectó en un primer momento al mercado hipotecario de alto riesgo (subprime) de Estados Unidos de América y se propagó luego a los mercados financieros de otros países, principalmente los desarrollados. Gustavo Lugones es consultor de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) en asuntos de comercio y desarrollo.
La UNCTAD dijo en un informe que Argentina destinó a estímulos fiscales el 6,4 por ciento de su PIB, calculado en 326.474 millones de dólares en 2008. Los estímulos al sector financiero en el país sudamericano fueron de 0,9 por ciento del PIB, en consonancia con la recomendación del organismo multilateral. Según el experto, «hubo una política consciente de Argentina en ese sentido, basta con recordar los discursos de la presidenta (Cristina Fernández)». Ello fue posible por la experiencia de años anteriores, en particular la crisis de 2001-2002, la acumulación de reservas monetarias y el mantenimiento de una moneda sana, agregó.
China ofreció estímulos fiscales del 6,2 de su PIB, que alcanzó 3,76 billones de dólares en 2008, y al sector financiero del 0,5 por ciento. Ambos países apelaron al déficit presupuestario para financiar el gasto público. Además, venían de años de superávit fiscales y ello les ayudó a manejar mejor la crisis. La diferencia entre China y Argentina radica en la mayor dinámica del mercado interno de la nación asiática, resaltó Lugones. La reacción de ambos países contradijo las recomendaciones históricas del Fondo Monetario Internacional (FMI) de contraer el gasto, dijo Lugones.
Washington destinó estímulos al sector financiero equivalentes al 81,1 por ciento de su PBI (casi 14 billones de dólares), cifra que baja al 5,5 por ciento en el rubro de incentivos fiscales. Según el trabajo de la UNCTAD difundido hoy a nivel mundial, el PIB global caerá el corriente año más de 2,5 por ciento. El PIB de las naciones desarrolladas disminuirá 4 por ciento, y el de las economías en transición, 6 por ciento. Para los países en desarrollo, si bien habrá una desaceleración, el crecimiento se mantendrá.
Las economías de China, a la que calificó de «locomotora» y la India, registrarán crecimientos. En el caso de la India, la expansión será de al menos 4 por ciento, inferior al de años previos, pero nada despreciables en un contexto de crisis, puntualizó la UNCTAD. Sobre Argentina, el PIB se incrementará 1,5 por ciento, cifra en sintonía con la prevista para el año próximo a nivel mundial, que rondará el 1,6 por ciento. El experto brindó detalles del informe 2009 de la UNCTAD, según el cual los 189 países de la ONU no alcanzarán los objetivos de desarrollo del milenio que fueron concertados en septiembre de 2000 para reducir el hambre y la pobreza a la mitad.
En consonancia con los reclamos de Beijing, Buenos Aires y Brasilia, entre otros, la UNCTAD recomendó reformar el sistema monetario y financiero internacional para reducir el margen de ganancias de los especuladores de divisas. «Para evitar que se repita la actual crisis financiera y económica mundial son indispensables una reglamentación y supervisión más eficaces de la actividad de los mercados financieros», señaló el organismo.
Además, recomendó la instauración de un nuevo sistema monetario, basado en normas y principios convenidos de manera multilateral, para lograr reglas equitativas en el comercio y estabilizar los tipos de cambio en niveles sustentables. Ello supondrá menos margen para las corrientes de capital especulativo, explicó el funcionario, rector de la Universidad Nacional de Quilmes, ubicada en las afueras de Buenos Aires.
Además de ese enfoque, la UNCTAD hizo hincapié en la necesidad de mitigar el cambio climático como un proceso estructural, lo que permitiría obtener oportunidades económicas para potenciar el desarrollo. En particular, sugiere, una vez más, reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y limitar el calentamiento del planeta. En ese sentido, Lugones dijo que para las empresas «se abrirían mercados como el de la ‘tecnología verde’ y el de los ‘bienes ambientales’, que crecen rápidamente».
«En Argentina, sólo el siete por ciento de las empresas manufactureras pueden ser incluidas en esa categoría, de innovadoras», señaló. El expositor se excusó de identificarlas a pedido de esta agencia en virtud del denominado secreto estadístico, pero sí destacó que «de esas compañías, el 60 por ciento son de carácter mediano y de capitales nacionales».