Luego de una semana del terremoto de magnitud 7,3 a escala de Richter que devastó a Haiti, El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (ONU) decretó el envío de tres mil 500 militares y policías para reponer el orden y garantizar la seguridad de la población.
A solicitud del secretario general del organismo, Ban Ki-Moon, este nuevo despliegue de los llamados «cascos azules» servirá para proteger la distribución de alimentos y agua potable que han estado escasos en Haití y que han generado tensión y desesperación entre los residentes.
Por este motivo, el Gobierno de Haití pidió la ayuda a Estados Unidos y a las Naciones Unidas, para que presten ayuda en la seguridad del país.
Los objetivos de la misión son principalmente, estabilizar al país, pacificar y desarmar grupos guerrilleros y delincuenciales, promover elecciones libres e informadas y fomentar el desarrollo institucional y económico de Haití.