(Aeronoticias).-El sacerdote Gastón Garatea Yori, reconocido por su labor altruista en bien de los menos favorecidos, afirmó sentir una profunda tristeza por estar impedido de realizar la Eucaristía, entre otras labores. Sin embargo pese al malestar que siente por la decisión de retirarle la licencia ministerial, aseguró que acata la disposición del cardenal Cipriani, porque simplemente no está para pelear con nadie.
En declaraciones a un medio local dijo:»Me afecta bastante la decisión, porque yo soy un cura que trabaja con la gente, con las comunidades cristianas, me afecta a mí que no lo puedo hacer y a las personas cristianas que no podré atender, eso si me molesta, pero ya pasará, más allá de todo hay un compromiso con Jesús, que es la vocación. Me siento sostenido por Jesús y por la gente, eso es un respaldo».
En todo momento y con la diplomacia que lo caracteriza, evitó realizar comentarios que pudieran enfrentarlo con el Cardenal. «Si quieres seguir a Jesús, a Jesús lo apedrearon, entonces aguanta, pues. Yo calladito aguanto, porque esto pasa».
El religioso que ha despertado una solidaridad inusitada tanto en creyentes como en paganos, manifestó que no está para pelear con nadie, y que hay un principio de unidad; sin embargo reconoció que si el polémico veto contra su persona hubiera ocurrido hace cuarenta años, hubiera considerado seriamente renunciar a sus sueños sacerdotales. «El Señor nos llama a ser uno, la división es muerte, y yo no quiero la muerte de nadie, por eso acato».
«Esta medida me ha agarrado en una edad buena, si hubiera tenido treinta años estaría pensando en cosas terribles, como salirme, pero me ha agarrado viejo. Veo que lo que corresponde es tranquilidad por el bien del pueblo cristiano.