(Aeronoticias).- Faltando 18 días para que el Perú presente su alegato oral ante La Haya, el mandatario chileno, Sebastián Piñera, se aferra a la tesis de su país que considera como “tratados” a los convenios pesqueros que ambos países acordaron respetar en 1954/58.
Por eso, ayer declaró en Europa que Chile se encuentra tranquilo porque, además, sus embarcaciones navegan sobre la porción del mar Pacífico que está en disputa con el Perú, cuyo gobierno decidió aclarar definitivamente las cosas y establecer la real frontera marítima entre ambos países, para lo cual en 1986 llevó el caso al Tribunal de La Haya.
Es conveniente recordar que los mencionados convenios pesqueros de 1954/58 fueron solo instrumentos para facilitar las faenas de pescadores artesanales, tanto chilenos como peruanos, cuyas respectivas embarcaciones se adentraban en aguas ajenas debido a que carecían de aparatos sofisticados que los alertaran sobre esto.
Perú planteó entonces que ya era hora de fijar los límites marítimos pero Chile siempre miró hacia otro lado cada vez que se le planteaba una reunión conjunta, incluso su embajador en Lima, Jaime del Valle, (1986) aconsejó a su gobierno que esto era “un problema que tenían que estudiar y no dejarlo hasta las calendas griegas”.
La zona en disputa es muy rica por la abundancia de sus peces, gracias a la Corriente Peruana ó de Humboldt, que permite al Perú ocupar el tercer lugar en el mundo y a Chile el cuarto lugar, lugar que comprende los ex territorios peruanos de Tarapacá y Arica, ahora bajo bandera chilena como consecuencia de la llamada Guerra del Pacífico en 1879.
Torre Tagle, aclaró oportunamente a La Moneda que los convenios pesqueros aludidos jamás fueron considerados ni concebidos como tratados. Se trata de nada menos que de 67 mil kilómetros cuadrados sobre una zona de 90 mil kilómetros cuadrados de mar territorial.
Y así como cierta vez un personaje chileno les dijo a sus paisanos : “No soltéis el morro de Arica ¡”, ahora otro podría gritar : “ No soltemos esa zona del mar ¡”.
