VIDEO: «Pronto mandaremos a los ‘drones’ a hacer la compra»

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(Aeronoticias).- Todo comenzó como una gamberrada. Sobrevolar la Estatua de la Libertad con un drone puede parecer un tema menor, pero en Estados Unidos esas chiquilladas se toman muy en serio. Lo curioso del asunto es que el autor de este acto no fue pillado con las manos en la masa, sino que fue obra de un austriaco que por la época contaba apenas con 25 años.

La aventura de Raphael Pirker hubiera pasado desapercibida de no haber publicado el vídeo del vuelo en YouTube. Amigo, aquello era impresionante. El pequeño drone con su escaso peso no tardó en alcanzar el punto más alto de la estatua grabando todo el recorrido a su paso en un día especialmente soleado. Los likes cayeron como churros y la secuencia se hizo viral en cuestión de horas. El avispado joven se dio cuenta que ahí había un filón por descubrir, que aquello podía dar mucho dinero, y se dispuso a plantear un posible negocio en torno a este dispositivo.

Pero la alegría le duró poco: las autoridades estadounidenses vieron la posibilidad de indiscriminados atentados terroristas cometidos empleado este artefacto de corcho con un motor y poco más. La FAA (Federal Aviation Administration) alzó un se busca urgente y las autoridades dieron con el sorprendido Raphael. Aquello debía ser una broma ¿no? Sí, una de 10.000 dólares ni más ni menos. El austriaco no se lo podía creer ¿Semejante dineral por sobrevolar una zona turística con un avión de juguete?

La frustrante aventura como emprendedor en Europa

Había que plantar batalla, y el aguerrido austriaco se propuso recurrir la sanción en los tribunales, pero aprovechando el gasto de los abogados, arremeter contra la mismísima FAA. Un David contra Goliat, pero que jugaba con ases en la manga con los que podía plantar batalla: un evidente vacío legal y la posibilidad de ser el primero en contar con una sentencia que sentara jurisprudencia en un ámbito en el que las leyes se habían quedado a todas luces obsoletas. El pulso en los tribunales dio comienzo, pero nuestro protagonista no perdió el tiempo y comenzó a forjar los cimientos de lo que hoy su boyante negocio (de drones, claro). Y aquí ya hay para otra historia.

Si le deja boquiabierto que el vuelo de un artefacto de juguete termine en una sanción tan escandalosa, la aventura de Raphael como emprendedor no le va a la zaga. Los intentos por instalarse en la Unión Europea se dieron de bruces con la meticulosa legislación comunitaria en un caso y los escandalosos impuestos a los que se vio sometido en el segundo.

Su primera idea fue radicar su startup en Suiza, pero casi le da un pasmo cuando le anuncian que el primer pedido de cámaras, el de arranque de producción, está bloqueado en aduanas al no estar homologadas estas por la UE «¿Y no se pueden devolver?», preguntó desesperado. No, fueron trituradas en cumplimiento de alguna ley de la telaraña comunitaria.

La segunda fue dura: lo intentó en Austria pero el batacazo fue morrocotudo. La Hacienda del país le exigía el adelanto de los beneficios previsibles durante el primer año por importe de, agárrense, 300.000 dólares. «Es broma ¿no?», preguntó sorprendido. Y no, no lo era. Paga primero y a final de año hablamos.

Así que finalmente se fue a Hong Kong, donde la legislación es mucho más tolerante y la presión impositiva infinitamente inferior a lo establecido en la UE. El negocio comenzó a dar sus primeros dólares y en poco tiempo, TBS Avionics, era ya una señora empresa con una cuenta de resultados envidiable. La startup vende drones a todo el mundo a través de la tienda BlackSheep.com, donde uno puede hacerse con uno de estos dispositivos o cualquier otro componente o repuesto.

Victoria sobre la FAA respecto a los ‘drones’


Pero en poco tiempo el viento sopló a favor con fuerza para este accidental emprendedor: hemos conocido su nombre porque ha sido el primero en derrotar a la amenazante FAA en los tribunales en el asunto de los drones, y lo que es más interesante, la sentencia deja la puerta abierta a que pronto podamos ver el vuelo de estos equipos de forma generalizada en nuestros cielos.

Ya sabemos que Amazon piensa ponerlos en funcionamiento lo antes posible, y DHL ha comenzado las primeras pruebas para el reparto de paquetería en tiempo récord. Son todo ventajas: se trata de vehículos poco contaminantes, de un coste relativamente bajo y que sobrevuelan los atascos. Michael Bloomberg, alcalde de Nueva York, los ve como inminentes en materia de seguridad, como el ojo que todo lo ve en las zonas conflictivas, pero nuestro valiente austriaco dibuja un futuro todavía más revolucionario.

«Yo veo estos dispositivos perfectos para hacer pequeñas compras: te das cuenta de que te falta leche o mantequilla, mandas al drone, y en media hora lo tienes de vuelta», sostiene pausadamente. Y lo dice con conocimiento de causa: buena parte de sus pedidos son para atender tareas de lo más variopintas, como la detección previa de incendios en Suiza o la supervisión de las plantaciones en la agricultura.

Sobre este último ámbito, precisamente, se prevé que las cosas cambien definitivamente con la llegada de los drones al campo, tal y como apunta USA Today. Mientras tanto, el austriaco que todavía no ha llegado a los treinta, sigue engordando su cuenta corriente con la venta de drones para todos los gustos de su negocio en Hong Kong.

 

Fuente: El Confidencial

Foto: El Confidencial

 


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