El secretario general de la Organización de Estados Iberoamericanos de la Educación (OEI), Álvaro Marchesi, anunció la realización del proyecto Metas 2021: la educación que queremos para la generación de los Bicentenarios, que no es otra cosa que un reto para los países enfrascados en alcanzar metas educativas en casi una década.
¿Qué se ha propuesto alcanzar la OEI para la conmemoración del Bicentenario?
–Estamos abocados a diseñar el Proyecto de las metas educativas para 2021, que es de transformación. Es un proyecto que se enfrenta a retos enormes para la educación iberoamericana como la desigualdad y la insuficiente calidad. Para enfrentarse a esos desafíos, se necesitan múltiples iniciativas, entre ellas las de financiación.
¿El proyecto Metas 2021: la educación que queremos para la generación de los Bicentenarios, atenderá la financiación?
–La CEPAL elaboró un primer documento sobre los costos de las metas en torno a cinco programas principales: acceso a la educación, alfabetización y educación permanente, calidad de la enseñanza, transferencias sociales e investigación más desarrollo (I+D). El costo inicial estimado para toda la década se sitúa en torno a los 80 mil millones de dólares.
¿La OEI desembolsará ese monto?
–No. Es un esfuerzo económico posible si la región crece en torno al 3,5 por ciento promedio a lo largo de la década, y ese incremento del PBI se traslada también al incremento del gasto público para la educación. Hay que tener en cuenta que esa cifra se aplica de manera muy diferente a los países. Además, cada país debe establecer sus metas y calcular su costo, por lo que la suma final puede variar.
¿El proyecto Metas 2021 qué quiere lograr?
–Que durante los próximos doce años los países iberoamericanos logren una educación de calidad para todos sus alumnos, que se ubique en la primera división educativa. Queremos hacer en diez años lo que normalmente se haría en veinticinco. Ello supone un enorme esfuerzo de la sociedad. Queremos aprovechar la ilusión y el empuje de la década de los bicentenarios de la independencia para lograrlo.
¿Pero cómo se concretarán las Metas 2021?
–Estamos trabajando para que, antes de junio de este año, los países concreten sus metas y su compromiso de financiación a través de planes, con el fin de que sean aprobadas en la Conferencia de ministros de Educación y en la Cumbre de Jefes de Estado que será en Buenos Aires a finales de este año.
No queremos que el proyecto de las metas sea algo impuesto, sino la suma articulada de los programas educativos nacionales.
¿La OEI ha propuesto las áreas de trabajo que deben considerarse en sus planes?
–Hemos propuesto junto con los ministros de Educación once grandes metas: infancia, educación básica, educación técnico profesional, alfabetización, calidad de la enseñanza (formación del profesorado, TIC, lectura), educación en valores, apoyo a los colectivos más desfavorecidos, investigación y desarrollo. Cada país debe concretar aquellas que considere prioritarias e incluso alguna otra que también sea relevante.
Usted sostiene que las reformas escolares son insuficientes, y ha propuesto hacer reformas sociales…
–Sí. Estoy convencido de que sólo con reformas educativas no se transforma la educación, y que es necesario al mismo tiempo acometer reformas sociales. Si se reducen las desigualdades, si se incrementa el nivel cultural de los ciudadanos, si hay mayor bienestar social, y existe un mayor compromiso de la sociedad con la educación, las posibilidades de que los objetivos educativos se consigan, son mayores.
Financiamiento de las metas
La OEI ha planteado crear un fondo solidario de cooperación educativa con aportaciones de los países y organismos más ricos como la Unión Europea, España, y Bancos internacionales, sostiene Marchesi. «La propuesta es ayudar a los países menos desarrollados y a las regiones con mayor retraso en los países de renta media. La estrategia es que exista un acuerdo entre los organismos donantes y el país receptor para financiar en común las metas que se consideren prioritarias.»
Andina.
