Retos del sector aeroespacial en el 2022

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(Aeronoticias): Empezamos el 2022 habiendo perdido la ola de crecimiento en el tráfico aéreo que vimos el último semestre del año anterior. No obstante, todos confiamos que este frenazo haya sido temporal y que durante el 2022 nos iremos acercando, paulatinamente, a las cifras de vuelos del 2019. La evolución del tráfico comercial condiciona los pedidos de nuevos aviones y con ello, los incrementos de producción por la industria aeronáutica. No olvidemos que todavía seguimos en cifras de fabricación de aviones muy parecidas a la gran reducción defensiva que, tanto Airbus como Boeing, realizaron al inicio de la pandemia.

Como en esta tribuna hablamos de retos, el primero será que los grandes fabricantes incrementen significativamente la producción, acercándose o volviendo a las cifras anteriores al COVID. Para los aviones de fuselaje estrecho, los pedidos se están recuperando con más rapidez de lo esperado y la respuesta en producción la veremos en el 2022, volviendo a meter presión en la cadena de suministros. ¡Bienvenido sea este reto! Por desgracia, el tráfico intercontinental, servido por aviones de fuselaje ancho, que en el caso de la industria española tienen especial huella, la recuperación es mucho más lenta y, por tanto, las líneas de fabricación seguirán muy por debajo de su capacidad instalada.

Por otro lado, en el segmento de los aviones militares los compromisos de entrega y los contratos recientes del A400M, C295, MRTT y Eurofighter, permiten un escenario de calma en el que no debemos acomodarnos. Hacen falta más pedidos y que no haya cancelaciones en los que ya están comprometidos En particular, el A400M tiene como reto aprovechar la buena imagen cosechada durante la pandemia y la evacuación de Kabul, para lograr más éxitos comerciales. Así mismo, es muy importante que España no ceda su liderazgo indiscutible en aviones de transporte militar y aviones de misión, entrando como socios desde el principio en el futuro programa que se está concibiendo, el A200M, para que su línea de ensamblaje final se sitúe en San Pablo, Sevilla.

También en aviación militar, tenemos el reto de arrancar la siguiente fase del futuro sistema de combate aéreo europeo, FCAS, que sigue enredado en discrepancias entre los líderes industriales. Hace falta que España entre decididamente en el Eurodrone y que lancemos un programa nacional de RPAS táctico como el Sirtap, con un presupuesto mucho menor y la participación de Colombia como socio lanzador comprometiendo adquisiciones.

Estamos en un momento muy importante de transformación digital, aparición de nuevos segmentos aéreos, amenazas geopolíticas que conllevan un reforzamiento del sentido de Europa, y, por supuesto, una formidable emergente conciencia social, y por tanto política, que penalizará a cualquier industria que no apueste decididamente por la sostenibilidad medioambiental.

Los retos del 2022 están en todo lo anterior. Afortunadamente se dan circunstancias extraordinarias que tenemos que saber aprovechar como industria y como país, para convertir estos retos en casos de éxito. Desde el punto de vista institucional, con financiación pública, tenemos los fondos Next Generation y el PERTE Aeronáutico, aún por lanzar, el nuevo programa europeo Clean Aviation, los Fondos Europeos de Defensa y los nuevos programas ya mencionados en los que España ha comprometido su participación y financiación: FCAS y Eurodrone.

Desde el punto de vista de mercado aparecen nuevos segmentos con gran empuje que requieren nuevas plataformas: RPAS o drones de diferentes prestaciones, HAPS o pseudosatélites, movilidad aérea urbana, aviones eléctricos, constelaciones y lanzadores de satélites. En RPAS y otros segmentos de los mencionados, en los que se puedan definir casos de uso con potencial de acceso al mercado, debemos estimular programas de adquisiciones directas o usar mecanismos de compra pública de innovación, que den recorrido a los desarrollos que ya existen y estimulen otros nuevos por la industria nacional. Las start-ups y empresas más innovadoras necesitan estas palancas.

He dejado para al final el gran reto de toda la industria aeronáutica, trabajar para lograr una aviación neutra en emisiones cubriendo cada hito temporal marcado. Para lograrlo hay que dedicar una ingente cantidad de recursos cada año con colaboración público-privada. Airbus ha trazado su hoja de ruta apostando por la eficiencia y por el hidrógeno, la cadena de suministro se alineará con ella. Pero para lograr las cero emisiones, la aviación requiere la participación de todos los actores: fabricantes de motores, industria de combustibles de aviación, de sistemas de vuelo, autoridades y proveedores de navegación aérea y aeropuertos. Francia y Alemania ya han trazado sus planes. La participación española no puede quedarse atrás. Los que más éxitos aporten, más peso tendrán en la industria aeronáutica del futuro.

Fuente: El Economista

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