(Aeronoticias).- Javier Azcue Sarmiento, a quien llamábamos en El Comercio “Ranger II” porque siempre buscaba las misiones más peligrosas para cubrir informaciones, pase lo que pase, murió ayer en su ley, tras una vorágine de lodo y piedras que precipitó al vehículo que compartía con otros colegas hacia un abismo y al rio Tarma.
Con la trágica partida de Javicho desaparece también una clase de periodistas que está en extinción en nuestro país, de esos que no solo se sirven de internet y computadoras si no que van ellos mismos en persona para estar en el lugar de los hechos, como lo hizo la primera vez cuando inició su carrera portando una máquina fotográfica en las ruinas de Yungay en 1970.
Nuestro héroe, en su larga permanencia en El Comercio, igualmente fue corresponsal asignado al Aeropuerto Internacional “Jorge Chávez” y fue cofundador de la Unión de Periodistas de Aviación (UPA), institución a la que nunca abandonó y ahora lo tendrá como ejemplo.
“Colocaremos su foto en lugar destacado de nuestro gremio para tenerlo siempre presente”, dijo Raymundo Hurtado Martínez, presidente de la UPA, quien también fue redactor de El Comercio durante 20 años en el aeropuerto, conocido como “Ranger I”.
