¿Se puede pilotear un avión con la mente? científicos alemanes demuestran que sí

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(Aeronoticias).-Unos investigadores han desarrollado un sistema que permite pilotar un avión sin necesidad de utilizar las manos, sino únicamente con ondas cerebrales.

Un equipo de científicos de la Technische Universität München (TUM) y la TU Berlin ha demostrado que es posible pilotar un avión de forma precisa únicamente con control cerebral. La idea de este proyecto, que cuenta con financiación de la Unión Europea, es que a largo plazo sea más sencillo hacer volar estos vehículos y, de este modo, reducir la carga de trabajo de los pilotos y aumentar la seguridad.

Según explica en una nota de prensa Tim Frickle, director del proyecto en la TUM, con este sistema «el vuelo en sí podría ser más fácil». Además, daría más libertad a los pilotos para dedicarse a otras tareas manuales en la cabina.

Por el momento los científicos han sido capaces de demostrar que esta forma de control mediante ondas cerebrales sería posible y, además, precisa. Siete personas, con mayor y menor grado de experiencia como pilotos (una de ellas, de hecho, nunca había volado), se sometieron a las pruebas en un simulador de vuelo.

El resultado fue conseguir una precisión para mantener el rumbo que habría sido suficiente como para superar un examen para conseguir la licencia. Además, varios de los participantes fueron capaces de realizar la aproximación para el aterrizaje en condiciones de escasa visibilidad y uno de ellos hasta aterrizó a pocos metros de su objetivo. Todo ello, sin usar las manos.

El siguiente paso es acomodar el método a las cabinas de los aviones. Lo normal es que los pilotos sientan resistencia al dirigir el avión (especialmente si hay problemas) y estas señales físicas se pierden con el control mental.

Pero, ¿cómo lo hacen? Las herramientas de medición de ondas cerebrales son muy comunes (es posible hasta comprar unas orejas de gato que se mueven en base a estas ondas por menos de 70 dólares), pero aquí se han utilizado los sistemas más precisos.

La actividad cerebral se mide con electrodos de electroencefalografía que se conectan a una especie de capucha. Después, un algoritmo desarrollado por científicos de la TUB permite descifrar las ondas y convertirlas en comandos. Eso sí, únicamente son transformados en movimientos los impulsos cerebrales claramente definidos como necesarios para el control de la nave.

 

Fuente: Terra

Foto: Technische Universität München


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