Según el fallo de la corte del día de hoy, según el cual el gobierno Suizo está obligado a entregar documentos bancarios que son medio probatorio en el caso de presunta corrupción multimillonaria al gobierno Argentino, en un caso en el que se encuentran vinculados el ex presidente Argentino Carlos Saul Menem, y la empresa francesa Thales.
Pese a esto, el fallo se puede apelar ante el tribunal supremo del país, considerando la política que ha tomando la corte penal suiza de rechazar las apelaciones de compañías y dueños de cuentas no identificados, implicados –presuntamente- en una gran red de corrupción que abarca bancos suizos, fundaciones en Liechtenstein y paraísos fiscales empresariales.
Según la corte Argentina, Thales habría pagado 25 millones de dólares en sobornos a funcionarios para obtener –allá por 1997- un contrato por un valor de 500 millones de dólares a un lapso de 15 años para manejar espectros de radiofrecuencia, telefonía celular y Tv por cable, contrato que fue anulado posteriormente por el gobierno argentino cuando una auditoria general se topó con estas irregularidades en este proceso de licitación que terminó por costarle al gobierno argentino 300 millones de dólares.
Posteriormente, Menem fue acusado de fraude administrativo en marzo a raíz de las presuntas irregularidades, para luego rechazar los cargos, que según él obedecen a motivaciones políticas, sumándose a esto el hecho de que los dueños de cuentas sin identificación afirman que –por tratarse de un delito político- Suiza no debía prestar ayuda legal al gobierno Argentino, argumento que fue desestimado por el gobierno Suizo.
Aeronoticias considera que tratándose de un delito político de corrupción y manipulación por intereses, se necesita la cooperación internacional de ambos gobiernos, tanto el Argentino como el Suizo para que el flujo de información complete el circulo que permita dilucidar la verdad y acotar la responsabilidad de estos delitos al –o los- verdaderos culpables, siendo Carlos Saul Menem el mas implicado pero que de seguro es la cabeza de una red de corrupción mucho mas amplia que no solo acaparó sectores del gobierno de ese entonces sino empresas y movimientos en Suiza y en Francia como en otras ciudades del mundo.
