TE DEVELAMOS LOS MITOS SOBRE LAS DIETAS

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Si usted está tan comprometido con la idea de bajar de peso como para negarse a comer una papa al horno por temor de consumir carbohidratos vacíos, podría estar pasando por alto nutrientes importantes y relegando su alimentación a un segundo plano. Abra su mente a la verdad detrás de estos mitos sobre dietas y peso, y aprenda a disfrutar de nuevo algunos de sus alimentos favoritos.

Mito 1: Las papas y el pan engordan.

Realidad: Es justo lo contrario. Las verduras con almidón y el pan (es decir, el pan de grano entero) son carbohidratos de calidad necesarios para suministrarle energía a todas las partes de su organismo, desde el cerebro hasta los músculos. Lo que causa problemas es la forma de comerlos: si unta mantequilla sobre una rebanada de pan integral, o si fríe las papas en aceite, duplicará, triplicará o cuadruplicará el número de calorías.

TE DEVELAMOS LOS MITOS SOBRE LAS DIETAS

Mito 2: Beber un vaso de agua antes de la comida reduce el apetito.

Realidad: Sí y no. El agua controla el apetito si está incorporada a los alimentos, como por ejemplo en sopas o una bebida espesa, como el jugo de verduras V8. Aparentemente, cuando el agua va unida a la comida, la digestión tarda más, explica Elizabeth Somer, dietista registrada y autora del libro 10 Habits That Mess Up a Woman’s Diet.
Por eso es que a las mujeres en un estudio les pareció que la sopa de pollo con arroz las llenaba más que un guiso de pollo con arroz y un vaso de agua – ¡aún cuando la sopa tenía 27 por ciento menos calorías! Una excepción a esta regla: es fácil confundir el hambre con sed, así que se siente gran antojo de comer algo – pero no sabe qué – tome un vaso grande de agua y espere unos cuantos minutos. Podría descubrir que eso es lo que su cuerpo quería realmente.

Mito 3: Los mariscos son altos en colesterol.

Realidad: Por una parte, es cierto: tan sólo 3 onzas (casi 90 gramos) de camarón pueden brindarle más de una tercera parte de su consumo diario de colesterol. Pero la otra cara de la moneda es sorprendente: el camarón es bajo en grasas saturadas – el tipo que se convierte en colesterol malo que obstruye las arterias- y tiene un poco de ácidos grasos omega-3, que son benéficos para el corazón. De hecho, investigadores en la Universidad del Sur de California descubrieron que consumir mariscos, como el camarón, todas las semanas, ¡reducía el riesgo de infartos en un 59 por ciento!

Mito 4: Una hamburguesa y una cerveza de vez en cuando no hacen daño.

Realidad: Depende de cuál es su definición de «de vez en cuando». Si de vez en cuando significa todos los viernes por la noche y tal vez más seguido, pues entonces podría no ser tan bueno. Pero si significa cada ciertos meses y usted está en buena condición física y sus números son buenos (por ejemplo, peso, dimensiones de cintura, colesterol y presión arterial) Y TAMBIÉN consume verduras, granos enteros, nueces y otros alimentos nutritivos con mayor frecuencia, entonces estará bien. Pero pocos de nosotros somos así de perfectos. Si de hecho se da ese gusto de vez en cuando, contrarreste los efectos de un festín de grasas con una caminata rápida de 90 minutos después de comer.

Mito 5: Las mujeres suben de peso de forma natural después de la menopausia.

Realidad: Aunque hay muchas cosas de las que podemos culpar a las hormonas (que van desde el acné hasta el síndrome pre-menstrual), en este caso, la causa más probable es una reducción en la actividad física. Un estudio tras otro revela que las mujeres de mayor edad que se ejercitan con regularidad y vigorosamente pueden conservar sus figuras.

Mito 6: El refresco de dieta es peor que el regular.

Realidad: Todos estaríamos mejor si tomáramos agua, jugo de frutas diluido y té verde en lugar de refresco – ya sea de dieta o regular. Ambos tipos incrementan el riesgo de padecimientos cardíacos y del riñón, además de que contienen ácidos que erosionan el esmalte de los dientes, creando condiciones propicias para las caries.
Hecho final (y esto no es mito): Mantener su peso, dimensiones de cintura e índice de masa corporal dentro de los niveles deseados puede hacer que su edad biológica sea hasta 6 años menor que su edad física.

 

 

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