Una fiscal de Perú denunció hoy ante la justicia al ciudadano venezolano José Francisco Araque Córdova y a otras once personas presuntamente implicadas en disturbios ocurridos ayer en el marco de una huelga nacional de transportistas, debido a esto Araque y el resto de presuntos implicados, de nacionalidad peruana, fueron detenidos por supuestamente participar en disturbios en el barrio de Villa El Salvador, en la periferia sur de Lima, según la agencia oficial Andina.
La representante de la Segunda Fiscalía Provincial Mixta de Villa El Salvador, Marlene Cabrera, denunció a Araque, ante el Juzgado Penal de Turno Permanente de Lima, de diversos delitos de entorpecimiento de servicios públicos, fabricación y tenencia de material peligroso y por atentar contra la seguridad pública.
Araque, quien declaró ser taxista, aparentemente transportaba a manifestantes y tenía en su poder 600 gramos de tachuelas, además de armas caseras, lo que supuestamente demostraría la injerencia de Venezuela en esta crisis.
Sin embargo, el encargado de Negocios de la embajada venezolana, Peter Villegas, aclaró ayer en una rueda de prensa que "Venezuela no se inmiscuye en asuntos internos de ningún país".
Los transportistas protestan contra el nuevo reglamento de tráfico, que el 1 de julio entrará en vigencia, así como el Código de Tránsito, que contempla una nueva escala de multas y que se aplicará desde el 21 de ese mes. La huelga de 24 horas que acataron ayer diversos gremios de transporte urbano y taxis tuvo un fuerte seguimiento en Lima, donde, según datos del ministerio de Educación, la mitad de los escolares y el 70 por ciento de los docentes llegaron tarde a sus clases.
Aeronoticias considera que es deber de las embajadas como de los gobiernos respectivos controlar las injerencias de sus ciudadanos en asuntos meramente internos, por lo que la “incitación” de parte de foráneos en asuntos delicados de realidad nacional, con el fin de crear revuelta, se presenta como una decisión errónea que no hacen más que dañar el panorama –ya movido- de una realidad nacional vacilante, además de mermar en las relaciones bilaterales con países hermanos.
