La afinidad del cantante por el Perú, la hizo saber durante las dos horas y media que duró el espectáculo, en que además de los temas que lo han hecho tan querido en estos 32 años de carrera musical se dio tiempo para rendir a su manera un tributo al Perú por todo lo que le ha sabido dar.
Por el pisco, por amigos como Alfredo Bryce Echenique, que por cierto estaba presente, por nuestra comida por la que siente especial placer, por nuestras ciudades y por la mujer peruana, pues su esposa es nuestra paisana, a todos nombró en esa noche que dedicó al Perú para despedirse de los escenarios.
“Supongo que lo saben, aunque lo sepan, que no es un concierto cualquiera, porque no es una ciudad cualquiera. Pero, para nosotros, hay demasiada gente conocida y querida. Esta es una gira cómplice. Dejaremos el alma en el escenario”, expresó Sabina muy a su estilo.
El concierto de su gira Vinagre y rosas comenzó media hora después de lo programado con ¡Buenas noches, Lima; buenas noches, Perú!”, con su característico sombrero.
Casi de inmediato el Tiramisú de limón invadió todo el ambiente del Jockey Club del Perú, donde asistieron más de 10 mil personas.
Le siguieron Viudita de Clicquot, Ganas de y Medias negras, entre otros para luego recorrer su larga discografía. Poeta maldito,Rosa de Lima, 19 días y 500 noches, Noches de boda, Y nos dieron las diez, Contigo y Pastillas para no soñar entre tantas otras para finalizar el concierto con Vinagre y Rosas.