Existe consenso en que la marca Cessna sea sinónimo de confiabilidad y excelencia, tradición que continúa con el desempeño óptimo del Grand Caravan 208B. Capaz de elevarse (en condiciones ISA) a 975 FPM (297 m/m) y mantener una velocidad de crucero de hasta 184 nudos (341 Km./h), aeronave es el vehículo perfecto para sus viajes de negocios o placer. Y aún con la disponibilidad de todas sus butacas, el Gran Caravan puede transformarse, en menos de 30 minutos, en una nave de carga, doblando así su capacidad, lo que es una aeronave ideal para las actividades del narcotráfico internacional.
La versatilidad en todos los sentidos del Cessna Caravan permite inclusive que los piratas del aire o terroristas internacionales o siniestros personajes del terrorismo internacional que se hubieran apoderado de esta aeronave de turismo, puedan modificar los tanques de combustible para recorrer largas distancias, ya que con tanque lleno tiene un alcance de 2000 kilómetros.
Esta aeronave está impulsada por un motor turbohélice, el 208B, introducido al mercado en 1985, fue diseñado para aterrizar en prácticamente cualquier sitio, ya sea en tierra o agua. Su versatilidad lo ha hecho ideal para labores de rescate en inundaciones, y para el transporte de heridos en parajes remotos.
En sus inicios, el fuselaje del 208B era una versión más grande del Stationair modelo 207. No obstante, sus creadores no tardaron en diseñar, desde cero, un equipo que proporcionara suficiente espacio de carga y capacidad de combustible. Aunque algunos elementos del Stationair 207 se mantuvieron en el nuevo diseño, la creación final no tiene precedentes.
El Gran Caravan presenta grandes tanques de combustible, y un fuerte tren de aterrizaje para asegurar aterrizajes en terrenos toscos y no pavimentados. El equipo también presenta amplias alas para despegues rápidos en pistas cortas y ásperas. Una superficie de ala de 174 pies cuadrados (16.16 metros cuadrados) ofrece 335 galones de capacidad de combustible.
El primer Caravan anfibio fue certificado en marzo de 1986 y su vuelo inaugural tuvo lugar dos meses más tarde. En la versión anfibia, dos grandes flotadores reemplazan el tren de aterrizaje. No obstante, cada flotador contiene un tren de aterrizaje desmontable, haciendo que la aeronave sea realmente anfibia. De igual manera, la versión acuática cuenta con un timón que proporciona maniobrabilidad sobre el agua, y aletas verticales sobre su estabilizador horizontal que balancean la gran superficie del flotador y brindan mayor control.
La preferencia del público por el Cessna 208B se aprecia en el hecho de que cada mes, la aeronave registra más de 71,000 horas de vuelo alrededor del mundo.
Al respecto, consultamos con el especialista en Derecho Aéreo, Jorge Bustamante Yactayo, quien expresó que los piratas del aire que se apoderaron de esta aeronave Cessna Caravan, han cometido un delito contra los medios de transportes tipificado en el artículo 280 del Código Penal peruano con una pena no menor ni mayor de 20 años, y en todo caso se le aplicaría las penas por tráfico ilícito de drogas.
Aeronoticias maneja la hipótesis de que a esta aeronave ha viajado hacia Puno, dejando un indicio telefónico para desorientar a la Policía, habría recargado combustible en una pista clandestina y hoy estaría en Colombia, donde ya la habrían pintado y le habrían cambiado la matricula.
Se debe exhortar a los países limítrofes que extremen sus medidas de seguridad y que activen los procedimientos de interceptación, ya que esta en peligro la seguridad y la vida de el piloto de Aerodiana Francisco Curto y de su copiloto Jorge Ríos, en un contexto en el que algunos años un taxi de Pucallpa sufrió un apoderamiento ilícito de aeronave y su piloto y copiloto aparecieron en Colombia, al piloto Guido Stuchi lo habrían asesinado los narcotraficantes colombianos, el copiloto peruano regresó caminando al Perú y hoy tiene una línea aérea regional, la línea aérea de un conocido alcalde de Pucallpa habría desaparecido, pero habrían cobrado el seguro y se dice que la viuda del piloto Guido Stuchi no cobró lo que le correspondía, esto sucedió en la década del 90, lo que prueba como opera el narctotráfico internacional apoderándose ilícitamente de aeronaves y poniendo en riesgo la vida de pilotos y copilotos peruanos.
