Aunque el mandatario chileno no divulgó de qué manera se valdrá su país para tratar de convencer a los magistrados de la Corte Internacional de La Haya que los convenios pesqueros firmados por Ecuador, Perú y Chile en 1952 y 1954 son” tratados” que fijan los límites marítimos, insistió tercamente en esta posición.
Es decir que Chile está empeñado en dar a dichos compromisos pesqueros la categoría y la majestad de tratados, de acuerdo a una suerte de “interpretación auténtica”, conforme a sus intereses nacionales. Pero una cosa es ver espejismos y otra la realidad, pues no se trata de “convencer” a los jueces para conseguir un fallo favorable de acuerdo al interés particular de determinado país si no de fijar con justicia imparcial el pronunciamiento final de La Haya.