En el 2015 desde allí se iniciarán los lanzamientos de cohetes con diversos cargamentos y satélites, añadió.
Tras la desintegración de la URSS, pasó a pertenecer a Kazajistán, al que Rusia lo alquila, lo que supone una nueva modalidad contractual en la explotación y exploración del espacio ultraterrestre con fines pacíficos, en donde Rusia viene realizando fuertes inversiones, no obstante su crisis.
Se estima que el Gobierno de Rusia ha destinado a la construcción del nuevo cosmódromo, situado en el Extremo Oriente, a orillas del río Amur en la frontera con China, 24.500 millones de rublos (unos 817 millones de dólares).
El nuevo terminal espacial se construye en el lugar donde antaño estaba emplazada una base de cohetes intercontinentales. Junto a él, está previsto construir una ciudad con capacidad para albergar a unos 40.000 habitantes.