(Aeronoticias).- En ceremonia realizada la noche del día miércoles, la delegación de la Unión Europea en Perú realizó un reconocimiento especial a nuestro escritor Mario Vargas Llosa, a quien se le entregó el premio The Northern Lights (las luces del norte), de la Cámara de Comercio Peruano-Nórdica.
En dicha ceremonia se realizó un ameno conversatorio con la delegación peruana que acompañó a Vargas Llosa a recibir el premio Nobel a Estocolmo.
Participaron el mismo escritor, el ministro de Cultura, Juan Ossio; la defensora del Pueblo, Beatriz Merino; el artista Fernando de Szyszlo, y el periodista Raúl Vargas, quien ofició de moderador. Ellos compartieron anécdotas personales alrededor del Nobel.
Nuestro escritor recordó los detalles que más le sorprendieron de la sociedad sueca. Por ejemplo, el colegio intercultural de migrantes que visitó allá, «donde hablan 18 idiomas personas de 100 países: una unidad de etnias, tradiciones, culturas y religiones», afirmó.
Destacó del país escandinavo su «esfuerzo extraordinario en muchos campos, sobre todo en derechos humanos». Recordó que «Suecia nunca ha sufrido golpes de Estado ni revoluciones, sino cambios graduales. No tiene traumas históricos».
Vargas Llosa tuvo palabras de elogio para la Unión Europea, institución a la que consideró «profundamente democrática», pues tiene «setenta años sin guerras, con países que se han desangrado entre ellos que se van integrando rápidamente. Son sociedades que se hacen cosmopolitas sin perder sus identidades nacionales».
Si todo el ajetreo en la apretada agenda del escritor luego de recibir el Nobel fue calificado de «torbellino», también podría aplicarse esto a la delegación peruana.
El ministro Ossio recordó las decenas de llamadas telefónicas que debió atender el día que se conoció el premio Nobel a Vargas Llosa. También el problema de la huelga de aviones en el Viejo Continente, por lo cual él pudo llegar a Estocolmo, pero sus maletas no.
Por otra parte, De Szyszlo contó una anécdota que revela la honestidad sueca, pues perdió su dinero y tarjetas de crédito en un frac alquilado en Estocolmo, lo cual fue devuelto intacto vía la cónsul peruana en el país escandinavo. «Solo en Suecia ocurre algo así», señaló.
Beatriz Merino recordó que fue ella quien entregó banderas peruanas en Estocolmo en los alrededores de la Academia Sueca, donde se realizaban las actividades por el premio, «entregándolas incluso a japoneses o finlandeses, en algo que nunca se había visto por allá».
Además, Merino celebró el triunfo de Vargas Llosa, que «es de todos los peruanos, las amas de casa, los ejecutivos y las abogadas», refiriéndose a sí misma.
El embajador de la Unión Europea en Perú, Hans Alldén, le entregó a Vargas Llosa un mensaje enviado por la Comisaria Europea de Educación, Cultura, Multilingüismo y Juventud, Androulla Vassiliou.
En éste se recalcó que el reconocimiento otorgado por la UE tiene el fin de destacar sus logros en la literatura, pero también su papel como defensor de los derechos humanos y de los principios democráticos.
Luego de recordar el hinchaje de Vargas Llosa por Universitario de Deportes, Beatriz Merino entregó al escritor un banderín del club victoriano, «para que se sienta identificada la otra mitad del país». El escritor tomó el regalo de buen ánimo y expresó: «Viva Alianza… también».
